Aportes de la Historia

Notas dispersas sobre Historia

Inglaterra entre la conquista y las independencias de Hispanoamerica por Matías Wibaux y Carlos Van Hauvart

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Inglaterra, entre la conquista y las independencias de Hispanoamerica

por Matías Wibaux y Carlos Van Hauvart

Hace ya casi 10 años el Grupo Siglo XIX, Cehis,, FH,, UNMdP decidió realizar un cuadernillo de fuentes que pudieran ser utilizados en la historia escolar. El tema elegido fueron las Invasiones Inglesas, mucho se ha escrito sobre este acontecimiento desde la Historia Académica y en la Historia Escolar. Se optó por un texto que considerábamos debía ser conocido por quienes trabajan en la aulas del Secundario, esta elección no fue ni fortuita ni casual, tenía una intencionalidad, renovar desde lo Académico la Historia Escolar. Dejar asimismo constancia de la Tesis de Klaus Gallo y poner de manifiesto su repositorio documental. Es cierto la obra de Klaus Gallo no solamente se refiere a las Invasiones Inglesas, es de mas largo aliento, nos propone percibir las relaciones entre la Gran Bretaña y el Río de la Plata entre 1806 y 1826, un tema importante y central para las llamadas escuelas liberal y revisionista.

El Colegio Nacional Dr. A.U.Illia (UNMdP) fue sin embargo un banco de pruebas para esta experiencia. Tempranamente, ya en 1995 los alumnos de tercer año y cuarto, leían las fuentes del Texto de Klaus Gallo, año tras año, estos pudieron sorprenderse por la franqueza en metas y objetivos que se planteaban desde Gran Bretaña. Matías fue uno de ellos.

Con Matías  hicimos el texto introductorio que salió en el primer cuadernillo, que ustedes leerán y esperamos que compartan en el aula, además dejamos cuatro fuentes que corroboran que la empresa de ocupación de Buenos Aires no fue una aventura, sino un plan que desde 1780 se modificó innumerable veces hasta concretarse en 1806.
Abordamos también cuestiones sobre Inglaterra, esa síntesis toma como hilo la obra de Edward Palmer Thompson, su obra es muy conocida y esperamos que nuestra síntesis sea afortunada, suma además un texto poco difundido como Lombart Street de Walter Bagehot, sobre el mercado monetario de Londres.
Por último, nos tomamos el atrevimiento, recomendar la lectura del libro de Klaus Gallo.

Cuando estudiamos las operaciones militares realizadas por Gran Bretaña en el Rió de la Plata en el transcurso de los años 1806 y 1807 se enfocan principalmente los sucesos ocurridos en la Capital del Virreinato, Buenos Aires, creado en 1776. Estos eventos comúnmente conocidos por nosotros como Reconquista y Defensa.

Durante mucho tiempo la perspectiva instalada por los historiadores desde donde estudiar lo que comúnmente conocemos como “las invasiones inglesas de 1806 y 1807” tal cual dijimos en el párrafo anterior, partía de dos ideas centrales. La primera era que las invasiones fueron producto de una aventura, en la cual un marino de la Real Armada Británica Sir Home Pophan desobedeció ordenes de sus superiores luego de tomar exitosamente la Ciudad del Cabo – hoy Sudáfrica-, que en ese momento se hallaba en manos de los holandeses, esta desobediencia fue motivada a partir de informes de comerciantes británicos y norteamericanos que habían llegado de la ciudad de Buenos Aires y que instalados en la Ciudad del Cabo informaban que en que dicha capital se encontraban depositados los impuestos de la corona española que esperaban ser transportados a la Capital del Imperio Español en Madrid pero eran retenidos por la incierta situación que enfrentaba la ya muy debilitada España ante la Francia de Napoleón Bonaparte.

La segunda idea contenía argumentos que explicaban que las invasiones inglesas, habían iniciado el proceso de independencia que a partir de 1810 empezará a gestarse desde la Ciudad de Buenos Aires y que ponía a esta en el centro de la escena. Las invasiones entonces habían corroborado a gran parte de sus habitantes un orgullo particular, el de haber derrotado en soledad a la potencia militar dominante. También instaló la idea de que no necesitaban de la Corona Española, esta había hecho muy poco y esto se ejemplificaba en la fuga del virrey Sobremonte. Sin embargo se hablaba muy poco de Félix de Azara, español que tuvo una actuación destacada junto con Liniers en los eventos de la Reconquista y Defensa de la ciudad de Buenos Aires. Esto se debió a que los criollos de ese momento rescataron la figura del marino francés por la del español. Buenos Aires luego de finalizadas las operaciones militares en 1807, se convertiría en un caldero de intrigas y complots en la cual el objetivo era debilitar a los funcionarios españoles que administraban el Virreinato del Río de la Plata. El bando criollo esperaría entonces la mejor oportunidad para intentar separarse del Imperio Español.

No obstante, siempre existió la sospecha entre los historiadores que las invasiones inglesas de 1806 y 1807 fueron planificadas en Gran Bretaña desde mucho tiempo antes y que fueron posponiéndose por muchas circunstancias que estaban ocurriendo en el cambiante escenario político europeo, especialmente desde finales del siglo XVIII.

Estos también empezaron a prestar atención a las motivaciones que llevó a la Corona Británica a realizar dichas operaciones militares y la vincularon expresamente con la idea de colocar el excedente de la producción inglesa a partir de la denominada Revolución Industrial,  que obligó a la corona a buscar nuevos mercados. Estas dos nociones; que las invasiones fueron planificadas y el hecho de los cambios producidos por la Revolución Industrial fueron el detonante para que los historiadores empezaran a percibir una trama mucho más compleja y rica, las preguntas que hoy intentan responder son tan apasionantes que queremos contártelas y explicártelas. Para ello en este apartado trataremos de observar la cuestión desde Inglaterra, esa es nuestra primordial intención, percibir los sucesos y acontecimientos que se dieron en nuestro territorio desde otro lugar, sin descartar nada pero sumando complejidad a la trama de los hechos.

El Comercio Mundial:
Inglaterra fue debilitando comercialmente a España durante los siglos XVII y XVIII. Esta última había tratado por todos los medios de organizar una relación comercial con sus colonias. Con los Austrias se aplicó el monopolio. Inglaterra percibió rápidamente que podía introducir mercaderías a partir del comercio legal y el contrabando, las complejas e ineficientes reglas de control establecidas por la administración colonial española y la corrupción hicieron que el monopolio fuera ineficaz. A partir de los Borbones, a mediados del siglo XVIII, los españoles intentaron sin éxito reorganizar la relación comercial con sus colonias. Inglaterra y Holanda desde antes de la Revolución Industrial ya habían derrotado a España por medio del comercio legal o el ilegal, adueñándose de esos mercados coloniales españoles, especialmente con el Río de la Plata y la ya emergente Buenos Aires con los cuales intercambiaban productos en forma regular.

Sin embargo no todo era éxito para Inglaterra. En 1776 había perdido su posesión mas importante en América, en donde trece colonias la enfrentaron en una larga y violenta guerra de independencia cuyo costo, sumado a todos los conflictos militares que enfrento Inglaterra a lo largo del siglo XVIII, mostraba las exigencias y gastos económicos de su expansión comercial para obtener beneficios. En síntesis no fue fácil para Inglaterra conquistar los mares y los mercados, debía competir también con los franceses y los holandeses .

Materia Doméstica:
Debemos sumar también que la política doméstica inglesa en materia económica estaba sufriendo cambios profundos que afectaba a su sociedad y que los podemos situar alrededor del siglo XVI. Inglaterra vivió un conflicto entre su mundo rural y urbano a partir de la producción de mercancías de origen artesanal. Esto significaba que muchos campesinos abandonaban temporariamente sus actividades para ir a las ciudades a trabajar en los talleres, en precarias condiciones de trabajo bajo las duras reglamentaciones impuestas por el gremio de la actividad. Miles de campesinos, especialmente mujeres, se desplazaron para probar suerte incierta en la producción artesanal de bordados, paños y teñidos, este proceso se produjo durante el Mercantilismo. Innumerables fueron las revueltas protagonizadas por mujeres, hombres y niños, ante el encarecimiento y desabastecimiento de alimentos que obligaron a las autoridades a sofocarlas con extremada violencia.
A mediados del siglo XVIII, a partir del proceso que conocemos como Revolución Industrial fue cuando la geografía social inglesa se modificó dramáticamente. Bajo el signo del naciente capitalismo, el sistema fabril fue suplantando lentamente al sistema de producción artesanal. Los artesanos resistieron a las máquinas, pero estas triunfaron, un nuevo mundo había nacido. Los problemas generados por el naciente sistema industrial como la pobreza, el desempleo, los bajos salarios, la superproducción, la explotación, las pésimas condiciones laborales y la contaminación ambiental continúan hoy en su consolidación.

Como hacer política:
Es interesante conocer algunos aspectos institucionales para entender como se tomaban las decisiones en materia política en Gran Bretaña. Si bien ésta era una Monarquía, desde la gloriosa revolución el poder residía en el Parlamento que estaba integrada por dos Cámaras, la de los Comunes y la de los Lores. La primera estaba formada por burgueses y se enfrentaban en dos partidos los Whigs y los Tories, y quien obtuviera mayoría, decidía quien iba a ser el Primer Ministro, que manejaba el ejecutivo.

Sin embargo el elemento mas interesante es el de las Compañías Comerciales. En Inglaterra existían dos. La Compañía de Indias Occidentales y la Compañía de Indias Orientales, estas eran empresas comerciales con socios-accionistas y cotizaban en la bolsa británica conocida como Lombard Street. Estas compañías obtenían licencias comerciales para operar en las colonias británicas: vender productos ingleses o comprar materias primas para el abasto del mercado inglés. Muchos políticos eran accionistas de estas compañías y esto dio lugar a muchos sucesos y denuncias de corrupción, ya que muchas veces los políticos parecían representar más al interés de estas compañías que a la de los ciudadanos. Es claro que si un político llegaba al gobierno y era socio de alguna de esas compañías siempre trataría de favorecerla.

Sudamérica en la mira:
Desde los inicios del siglo XVIII los ingleses comenzaron a pensar en conquistar territorios pertenecientes a la corona española, pero las causantes para concretar esa idea parecen ser la pérdida de sus colonias a partir de 1776 y la Revolución Francesa de 1789. En 1780 se puso a consideración del gabinete británico un plan para que desde la India las tropas británicas llegaran a México, Perú y Chile. Esta empresa iba a ser financiada por la Compañía de Indias Orientales pero no se llevó a cabo pues el gobierno británico entró en guerra contra Holanda. La decisión se había pospuesto, pero la idea militar estaba ya instalada. Aunque los distintos Gabinetes y Primeros Ministros aprobaban el proyecto, un elemento adicional ya que el rey de Inglaterra estaba resentido por el papel que Francia y España habían tenido en el proceso de independencia norteamericana y esto pospuso la decisión sobre el caso sudamericano. Al menos puede suponerse que el monarca  se resistía a obrar de la misma manera que las otras dos monarquías.

Además, la Revolución Francesa trastocó todo el sistema de alianzas continental, haciendo que España se acercara a Inglaterra, temerosa que Francia ocupara España y sus colonias. Eso desalentó cualquier intromisión inglesa en Sudamérica. Pero en 1796 un pacto de paz entre España y Francia, enemiga de Inglaterra, hizo que los ingleses se sintieran liberados para planificar una operación en el continente americano.

Durante el Gobierno del Primer Ministro Pitt (1795-1806), un funcionario cercano a él y que ocupó varios cargos en la administración Pitt, llamado Henry Dundas, elaboró un memorando secreto presentado al gabinete para su discusión, en donde el objetivo era ahora ocupar Buenos Aires, aunque nuevamente el asunto se pospuso ya que el gabinete tuvo que fijar otros prioridades afectadas por el curso de la guerra continental contra la Revolución Francesa, el objetivo ya estaba fijado y aunque se planteasen otras alternativas, siempre se volvería a Buenos Aires.
Las discusiones en el gabinete y los memorandum secretos trazaban varias cuestiones no menores para los ingleses. La operación militar debería ser de conquista o para ayudar a los criollos a emanciparse de España y quedar bajo la tutela  inglesa. En donde lo importante sería el beneficio obtenido por las Compañías Comerciales a partir de la práctica del libre comercio en donde se introducirían las mercancías producidas en Inglaterra y obtener además materias primas para la creciente demanda producida por la Revolución Industrial.

Sumado a esto,  en Inglaterra se encontraba un caraqueño Francisco Miranda,  que intentó en varias oportunidades que el gabinete británico considerara involucrarse rápidamente en el proceso de independencia de toda Sudamérica. Miranda en este juego también trató de convencer a la Francia Revolucionaria y a los Estados Unidos de participar y ayudarlo a realizar esta empresa, ante que con los ingleses. Por estas razones y otras muchas, los miembros del gabinete británico desconfiaban de los planes de Miranda.

Entre 1800 y 1801, el gabinete británico se encontró enfrentado, Dundas por un lado que insistía en su plan de invasión y Lord Greenville que rechaza todo el plan. Con la renuncia de Pitt al cargo de Primer Ministro en 1801, la situación se volvió a enfriar.

En 1803, empezó la guerra con la Francia napoleónica, además Pitt volvió al poder y, con él, Dundas que a su lado tenía como asesor a Francisco Miranda y al Almirante Pophan. Estos sostenían ahora en sus memorandum la necesidad de no solamente invadir Buenos Aires sino también Venezuela. La diferencia entre Miranda y Pophan es que el almirante sólo quería hacerlo con fines comerciales y de mercado. Quedaba allanado el camino para la invasión, solo había que esperar el momento oportuno que demuestra que no era una aventura sino un plan pensado desde hacía muchísimo tiempo.

Fuentes:

Hemos elegido cuatro documentos que contiene la obra de Klaus Gallo, para que puedas observar el interés del Gobierno Ingles por las colonias Españolas en América.

Extracto de una propuesta de una expedición a la América española, desde India fechado el 3 de junio de 1780.- laid después del gabinete de Lord Nort y aprobado por el Coronel Fullarton. 3 de junio de 1780, W. O. 1/78. Pág. 22

si este plan fuera adoptado por el gobierno, se tomarían disposiciones en los términos confidenciales propuestos por la East India Company, y se despacharían de inmediato órdenes por tierra a Madrás y Bengala, de que se preparen barcos, almacenes y tropas cipayas para unirse a las fuerzas enviadas desde Inglaterra. Si las tropas parten en septiembre, podrían llegar a Madrás en enero, y en cuatro meses desde el momento en que los monzones les permitan salir de la India pueden llegar a la costa de Sudamérica.”

Memorando Secreto. Propuesta de expedición contra América Hispánica a través del Océano Pacífico. H. Dundas, Septiembre 1796”, S.R.O.G.G. 51/1/520. H. Dundas Secretario de Guerra. Pág. 28.

Cuanto antes partan estas fuerzas mayor será la probabilidad de que encuentren travesía exitosa y se presente directamente en Buenos Aires, que le haría muy poca o ninguna resistencia. La escuadra hallará allí un clima saludable y toda clase de alimentos, en especial ganado en la mayor abundancia; debería usarse todo medio para abrir un intercambio amistoso con los indios de las antiguas misiones jesuíticas del Paraguay, ya que es probable que la totalidad de ese extenso país pueda ser inducido a pedir la protección del gobierno británico, y formaría una de las colonias más productivas del mundo”.

Sir Ralph Abercromby. “En la liberación de Sud América del dominio de España”, Castelreagh, memorias y correspondencia, Vol. VII, Pág. 269. Pág. 31.

de todos los objetos que deberían llamar nuestra atención, la liberación de Sudamérica del dominio de España parece el primero. Sólo podrá realizarse mientras sigamos en guerra con España, y si se efectúa felizmente sobreviría a la negociación de paz. Debería ser emprendida sin ninguna idea de conquista, de comercio exclusivo o de saqueo. Todos los puertos de Sudamérica, y todo el comercio de ese extenso continente, debería ser declarados libres, y abiertos a toadas las naciones del mundo. Todos los países tendrían interés en esta acción, exceptuados España y Portugal; y Gran Bretaña, por su emprendimiento, por su capital y por su industria, sería en realidad dueña de nueve décimas partes de este gran comercio. Además, se abriría un mercado para bienes producidos en Inglaterra o la India.”.

Sir Henry Dundas a W. Pitt, 31 de marzo de 1800, W. O. 1/193.. Pág. 34.

Si no son erróneas las ideas que me he formado sobre la importancia del mercado sudamericano para los intereses de nuestro país, es por cierto de la mayor importancia que la oportunidad actual no se pierda; pues no podemos suponer que España, en su estado de agotamiento, sea capaz de retener una soberanía eficiente sobre ese territorio, así como no podemos suponer que Francia dejará de sacar provecho de las ventajas que obviamente resultarían de un intercambio comercial con Sudamérica. En realidad, no es improbable que si dejamos pasar la ocasión, nuestra negligencia lleva a la introducción y extensión de un sistema revolucionario en ese inmenso imperio.”

Edición y corrección: Van Hauvart Duart, Maximiliano L. Estudiante de Letras. FH, UNMdP

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