Aportes de la Historia

Notas dispersas sobre Historia

Martín Miguel de Guemes desde la perspectiva de las memorias del General José María Paz.

Hoy en Aportes compartimos con nuestros lectores un pequeño fragmento de las memorias póstumas del General José María Paz (1791/1854 ) conocido como el manco Paz, en donde caracteriza con su opinión severa de primera mano al General Martín de Güemes. Esperamos que pueda ser compartido en el aula en las distintos contenidos, entre ellos el caudillismo.

Por este tiempo apareció un caudillo que después fue célebre en la guerra civil y en la gloriosa resistencia que hizo a los españoles la provincia de Salta. Hablo de Don Martín Miguel de Güemes, simple comandante de milicias, colocado en la frontera por el general San Martín. Poseía esa elocuencia peculiar que arrastrara a las masas de nuestro país, y que puede llamarse la elocuencia de los fogones o vivaques, porque allí establecen su tribuna. Principió por identificarse con los gauchos, adoptando su traje en la forma, pero no en la materia, porque era lujoso en su vestido, usando guardamontes  y afectando las maneras de aquellas gentes poco civilizadas. Desde entonces empleó el bien conocido arbitrio, con otros caudillos, de indisponer a la plebe con la clase más elevada de la sociedad. Cuando proclamaba, solía hacer retirar a toda persona de educación y aún a sus ayudantes, porque sin duda se avergonzaba de que presenciasen la impudencia con que excitaba aquellas pobres gentes, a la rebelión contra la otra clase de la sociedad. Este caudillo, este demagogo, este tribuno, este orador, carecía hasta cierto punto del órgano material de la voz, pues era tan gangoso, por faltarle la campanilla, que quien no estaba acostumbrado a su trato, sufría una sensación penosa al verlo esforzarse para hacerse entender; sin embargo, este orador, vuelvo a decir, tenía para los gauchos tal unción en sus palabras, y una elocuencia tan persuasiva, que hubiera ido ,en derechura a hacerse matar para probarle su convencimiento y su adhesión.

 Era además Güemes, relajado en sus costumbres, poco sobrio, y hasta carecía de valor personal, pues nunca se presentaba en el peligro. No obstante, era adorado de los gauchos, que no veían en su ídolo, sino al representante de la ínfima clase, al protector y padre de los pobres,  (como lo llamaban, y también, porque es preciso decirlo, al patriota sincero y decidido por la independencia; porque Güemes lo era en alto grado. El despreció de las seductoras ofertas de los generales e realistas, hizo una guerra porfiada, y al  fin tuvo la gloria de morir por la causa  de su elección, que era la de la América  entera. Más tarde diré más sobre este caudillo que tanto llamó la atención  pública. (1)

Para una biografía sucinta ver: Geneal José María Paz.

Cita:

(1) Paz, José María; Memorías postumas del General José María Paz, Editorial Almanueva,  Buenos Aires, 1954,  pp.90:91.

Edición: Maximiliano Van Hauvart, estudiante UNMdP.

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Carlos-2

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