Aportes de la Historia

Notas dispersas sobre Historia

La Compañía Argentina de Pesca. Cap.5 por Tamara Culleton.

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Guion y presentación

Tamara Culleton

 

 

LA COMPAÑÍA ARGENTINA DE PESCA

En Buenos Aires, los expedicionarios suecos y Sobral fueron recibidos como héroes. Una serie de eventos en exclusivos salones porteños para agasajar a los tripulantes del «Antarctic» permitió que el capitán Carl Larsen, quien ya había navegado en la zona subantártica, contactara a empresarios argentinos con el objetivo de establecer una estación ballenera en el Atlántico Sur.

La Compañía Argentina de Pesca (CAP) comenzó sus operaciones el 22 de febrero de 1904 en Puerto Grytviken, en la isla San Pedro, Georgias del Sur. Fundada por Carl Larsen con el apoyo financiero del cónsul noruego en Buenos Aires, Pedro Christophersen, el norteamericano H.H. Schlieper y el banquero argentino Ernesto Tornquist, la CAP se dedicó a la caza de ballenas y la producción de aceite de ballena. Fue la primera industria ballenera moderna en el Atlántico Sur. Durante medio siglo, la compañía no solo impulsó la industria ballenera, sino que también brindó apoyo logístico y científico a las expediciones argentinas en la Antártida.

La construcción de la estación ballenera comenzó el 16 de noviembre de 1903, llevada a cabo por 60 noruegos. La estación contaba con una fábrica de procesamiento de aceite, casas desmontables de madera y otras instalaciones esenciales. Grytviken fue elegida por sus condiciones óptimas: abundancia de ballenas, un puerto seguro y una fuente de agua dulce.

La estación tuvo un notable éxito en su primera temporada, capturando 195 ballenas. Se aprovechaba cada parte del cetáceo: la grasa y vísceras se procesaban para obtener aceite, y los huesos y la carne se convertían en fertilizantes y forraje. También se cazaban elefantes marinos por su grasa. Los productos procesados se enviaban a Buenos Aires, donde eran clasificados como «producto nacional» por la Aduana Argentina.

El 1 de enero de 1905, se inauguró un Observatorio Meteorológico y Magnético Argentino en la entrada de la bahía. Este fue destruido por los británicos y el equipo fue trasladado a Uruguay en 1950. Debido a presiones del Gobierno Británico, la empresa firmó un arrendamiento de las tierras ocupadas y un alquiler al Gobernador de las Islas Malvinas.

En 1908, los británicos enviaron un magistrado a Grytviken, donde establecieron una oficina postal, un centro administrativo y un puesto de policía. Durante un tiempo, las banderas argentina y británica convivieron en las islas.

En 1960, la Compañía Argentina de Pesca cesó sus operaciones en las Georgias del Sur. La empresa fue vendida y finalmente operada por una compañía japonesa, que la cerró definitivamente el 4 de diciembre de 1964. La población de ballenas en los mares alrededor de la isla se redujo significativamente durante los sesenta años de operación de la estación. Para 1965, las poblaciones de ballenas eran tan bajas que su explotación continuada era inviable debido a su baja rentabilidad.

En los primeros años del siglo XX, Argentina jugó un papel crucial en la historia de la Antártida. A medida que avanzaba el siglo, la consolidación de la presencia argentina se expandió hacia el sur y se fortaleció con la designación de autoridades nacionales para los territorios antárticos. Estos pasos no solo finalizaron una etapa inicial de exploración, sino que también iniciaron un compromiso continuo con la investigación y la reivindicación de la presencia soberana en la región.

Guion en Inglés

In Buenos Aires, the Swedish expedition members and Sobral were received as heroes. A series of events in exclusive Buenos Aires halls to entertain the crew of the «Antarctic» allowed Captain Carl Larsen, who had already sailed in the sub-Antarctic zone, to contact Argentine businessmen with the aim of establishing a whaling station in the South Atlantic.

The Argentine Fishing Company (CAP) began operations on February 22, 1904 in Puerto Grytviken, on San Pedro Island, South Georgia. Founded by Carl Larsen with the financial support of the Norwegian consul in Buenos Aires, Pedro Christophersen, the North American H.H. Schlieper and the Argentine banker Ernesto Tornquist, the CAP was dedicated to whaling and the production of whale oil. It was the first modern whaling industry in the South Atlantic. For half a century, the company not only promoted the whaling industry, but also provided logistical and scientific support to Argentine expeditions in Antarctica.

The construction of the whaling station began on November 16, 1903, carried out by 60 Norwegians. The station had an oil processing factory, detachable wooden houses and other essential facilities. Grytviken was chosen for its optimal conditions: an abundance of whales, a safe harbor and a source of fresh water.

The station was remarkably successful in its first season, capturing 195 whales. Every part of the cetacean was used: the fat and viscera were processed to obtain oil, and the bones and meat were converted into fertilizers and fodder. Elephant seals were also hunted for their fat. The processed products were sent to Buenos Aires, where they were classified as «national product» by Argentine Customs.

On January 1, 1905, an Argentine Meteorological and Magnetic Observatory was inaugurated at the entrance to the bay. This was destroyed by the British and the equipment was moved to Uruguay in 1950. Due to pressure from the British Government, the company signed a lease of the occupied lands and a rent to the Governor of the Falkland Islands.

In 1908, the British sent a magistrate to Grytviken, where they established a post office, an administrative center and a police post. For a time, the Argentine and British flags coexisted on the islands.

In 1960, the Argentine Fishing Company ceased its operations in South Georgia. The company was sold and eventually operated by a Japanese company, which closed it permanently on December 4, 1964. The whale population in the seas around the island decreased significantly during the sixty years of operation of the station. By 1965, whale populations were so low that continued exploitation was unviable due to low profitability.

In the early years of the 20th century, Argentina played a crucial role in the history of Antarctica. As the century progressed, the consolidation of the Argentine presence expanded southward and was strengthened with the designation of national authorities for the Antarctic territories. These steps not only ended an initial stage of exploration, but also initiated an ongoing commitment to research and reclaiming sovereign presence in the region.

 

 

Diseño de portada y gráfica: Florencia Benitez (Nobu Voyage)

Edición: Max Van Hauvart Duart ((Nobu Voyage)

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