Aportes de la Historia

Notas dispersas sobre Historia

¡Fusilaron a Dorrego! por Raúl Fradkin.

                          Fradkin, Raúl, ¡Fusilaron a Dorrego!, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2008, pag. 213

ISBN 978-950-07-2946-8

IMAG0517Comentario de contratapa:

¿Por qué fue fusilado Manuel Dorrego aquella mañana del 13 de diciembre de 1828? ¿Cómo fue posible que el ejército que comandaba Juan Lavalle fuera derrotado por el alzamiento que protagonizaron los más variados sectores de la sociedad rural bonaerense? ¿Cuáles fueron las características de ese masivo levantamiento? ¿Cómo hizo Juan Manuel de Rosas para ponerse al frente? ¿Cuáles fueron sus implicancias y consecuencias? Estas y otras preguntas han preocupado desde entonces a nuestra historiografía y miles de páginas se escribieron al respecto. Sin embargo, apoyándose en las más recientes investigaciones históricas que renovaron por completo los conocimientos disponibles sobre la economía, la sociedad y la política de esta convulsionada época, este libro intenta develar aspectos muy poco conocidos. El lector podrá incursionar en este enigmático y multifacético fenómeno social y acercarse a las motivaciones y a las formas de acción que desplegaron sus protagonistas. Concentrándose en cómo vivió la sociedad bonaerense las pasiones que desataba la lucha política se podrá tener una idea mucho más clara de ese alzamiento rural que cambió el rumbo de la historia.

Sin embargo, no por transitado el tema puede darse por definitivamente resuelto pues muchos nuevos interrogantes pueden formularse. Por eso conviene partir de un reconocimiento preliminar: la muerte de Dorrego impactó profundamente en la sociedad de la época, aun entre quienes simpatizaban en ese momento con Lavalle. Y, mucho más, entre quienes habían sido sus seguidores. Así, en poco tiempo se multiplicaron las coplas y los cielitos populares narrando su drama y clamando venganza. Por supuesto que no era la primera vez que se aplicaba la pena de muerte, aunque, bueno es recordarlo, esta forma de castigo se había tornado mucho más frecuente durante los años revolucionarios. Tampoco era la primera vez que un grupo político convertido en el jefe de la oposición al gobierno revolucionario. Dos años después, el mismo final había tenido Martín de Álzaga, líder de la defensa de la ciudad en 1807, acusado de tramar una conspiración realista contra la revolución. Ambos eran, sin duda, enemigos de temer, quizás los únicos que podían darles a las fuerzas contrarrevolucionarias un basamento popular. Pero ahora no se ajusticiaba a un enemigo de la revolución. Por el contrario, Dorrego era una figura que había acumulado indudables pergaminos durante la lucha independista y quien había ordenado su muerte, también. Sin duda, las trayectorias políticas de Liniers o Álzaga tenían poco que ver con la de Dorrego pero, sin embargo, algo las unía y no era sólo el destino: los tres tenían, en su momento y a su modo, un enorme ascendiente en los sectores bajos de la sociedad y por eso eran tan temibles. (1)

 

 

Indice

1.- El fusilamiento del “padre de los pobres” ….21

2.- Una crónica del alzamiento rural…………….57

3.- Anatomía del alzamiento rural………………….73

4.-Buenos Aires en 1828……………………………141

Epílogo. La restauración de las leyes…………..191

Fuentes y bibliografía…………………………………209

 

Cita:

(1) Fradkin, Raúl, ¡Fusilaron a Dorrego!, Editorial Sudamericana, , Buenos Aires, 2008,  pp. 16:17.

 

Edición: Maximiliano Van Hauvart, estudiante UNMdP.

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