El contenido de esta introducción puede ser reproducido en todo y en parte, transmitido y recuperado por cualquier sistema de información en cualquier forma y medio mediante la cita académica correspondiente, todos los derechos reservados.
Derecho de propiedad intelectual de Aportes de la Historia RL-2021-22230837-APN-DNDA·MJ
Los jesuitas en Canadá y el Río de la Plata | Laura Cabrejas | Cap 50 | Historias coloniales
Guion por Laura Cabrejas
La Iglesia católica, como no podía ser de otra manera, dado el arraigado catolicismo de franceses y españoles, jugó un papel central en la vida religiosa, económica y cultural en Nueva Francia y América Española. En Nueva Francia la gravitación de la Iglesia fue verdaderamente central en todo sentido, bastante más que en el Río de la Plata, zona periférica sin recursos ni atractivos para generar un aparato eclesiástico importante como el que se desarrolló en la áreas centrales del imperio español. (1)
Si alguien estuvo institucionalmente ausente en la temprana colonización del Río de la Plata fue la iglesia, con la excepción de los Jesuitas en las Misiones Guaraníticas que marcaron presencia española en las fronteras del Imperio y se lo puede comparar con la presencia de la Compañía de Jesús en Nueva Francia.
Sin duda si la experiencia de los jesuitas en ambas regiones presenta similitudes se debe al hecho de tratarse de una misma orden que aplicaba en ambas áreas estrategias que había madurado en su intensa labor evangelizadora pero también a la índole de las sociedades indígenas sobre la que aquella se desplegaba. Fue fundamental el uso de las lenguas aborígenes para tratar de convertirlos, además del respeto por la cultura indígena. Los indios, por su parte, condicionaron la experiencia misionera. No es casual que los jesuitas tuvieran más éxito entre los hurones y los guaraníes que eran sociedades sedentarias productoras de excedentes y fracasaron entre los indios pampas, en la región del Salado de la campaña de Buenos Aires a mediados de siglo XVIII.
La Iglesia tuvo además una sólida presencia en la economía colonial. Tanto en Canadá con el Río de la Plata fue una fuerte propietaria de tierras. Las Ordenes debían sostenerse y autofinanciarse a sí mismas y no es casual que en ambas regiones, donde el sector agrícola tenía un papel tan marcado, las inversiones en tierras y en empresas rurales jugaran un importante papel en la estrategia patrimonial de la Iglesia.
En 1763 la Iglesia controlaba el 25% de las tierras concedidas en Canadá y el 34% de la población colonial residía en ellas. En Buenos Aires todas las órdenes religiosas masculinas eran propietarias de fondos rurales, especialmente de estancias. Los jesuitas y los betlemitas eran los propietarios rurales más fuertes de la región.
Tanto en Canadá como en el Río de la Plata las propiedades rurales en manos eclesiásticas no permanecieron inexplotadas, al contrario, gracias a sus propios recursos financieros, la Iglesia desarrolló al máximo sus dominios. En el Río de la Plata, además, la Iglesia fue una fuerte propietaria de esclavos y jugó en papel importante como institución de crédito.
El diezmo aportaba su contribución a los ingresos de la Iglesia, tanto en Canadá como en el Río de la Plata y en ambas regiones el patrimonio de la Iglesia se formo no sólo por donaciones piadosas, sino también por concesiones y compra de propiedades. Las diferencias que acaso podría encontrarse entre el comportamiento económico de las instituciones eclesiales del Canadá y el Río de la Plata se deben a las diferencias de sus respectivas economías a las que la Iglesia como los demás empresarios buscaron adaptarse.
Canadienses y criollos rioplatenses fueron admitidos tanto a las filas del clero regular como secular (más reticentemente a este último, los canadienses) pero el alto clero, sobre todo el período colonial tardío en el Río de la Plata, estuvo sólo integrado por hombres nacidos en las respectivas metrópolis.
Nota:
Ver: El Canadá francés y el Río de la Plata en la perspectiva comparada 1500-1810 (estudio preliminar) por Carlos A. Mayo
Edición
Maximiliano Van Hauvart, FCSYTS-UNMDP
Código QR
[dqr_code post_id=»6371″]