Aportes de la Historia

Notas dispersas sobre Historia

Diario del reconocimiento de la frontera de Buenos Aires, efectuado por el teniente coronel Francisco Betbezé de Ducos. Día 3 de abril de 1779. «la desatención me obligó a arrancarle su propio sable, y darle con él media dozena de palos»

[13 de marzo – 8 de abril de 1779]

Diario del reconocimiento de los fuertes de la frontera de Buenos Aires, efectuado por el teniente coronel Francisco Betbezé de Ducos (1)

 

Día 4

Emprendimos la marcha por el rumbo Sudeste, a las seis y media de la mañana, dejándoles diez Blandengues que traía de esta Compañía ° y  llegamos a la una y media al fuerte de Navarro  habiendo rodeado cosa de una legua para zafar de unas quemas en que nos venía por la izquierda.

Este fuerte de Navarro es un cuadrado de Veinte y cuatro varas de lado construido de estacas torcidas, y desiguales, sin foso alguno más que así al este  y norte que tiene principios de él, no tiene puerta ni rastrillo; la situación es buena, y muy inmediata á una copiosa laguna del mismo nombre del fuerte que en la actualidad está guarnecido de un Teniente de Milicias dos cabos con siete Milicianos de los veinte y cinco que debe haber de este cuerpo.  Hay también un cabo con seis Dragones, y un artillero.

El indicado Cabo de Dragones Teodoro Abad informa que la mayor parte del tiempo que existe destacado aquí ha habido aún menos Milicianos que al presente, y que el Teniente  Don Pascual Mercado destinado alli para el próximo mes pasado se fue el día 22 de él, y que el tres do este vino en su lugar el ([prenotado]) insinuado Teniente  de Milicias.

 El propio cabo de Dragones me manifestó copia de carta escrita  al  Excelentísimo  virrey en 22 del mes próximo pasado quejándose de que no podía lograr que los Milicianos hicieran el Servicio diario con los Dragones de que resultaba experimentarse todavía de parte de estos Paisanos la misma desidia que dio motivo al significado recurso, y quo no obstante de decirle el Señor Teniente de Rey de Buenos Aires. En fecha de 26 del propio Marzo habérsele mandado al Maestre de Campo procediera a la averiguación de los individuos causantes de la dicha de declarada inobediencia, y alboroto en esta guardia no ha visto hasta ahora providencia alguna en consecuencia de esta superior orden ni han tampoco parecido los diez hombres que dio parte faltan ([á ella]) desde el principio para el completo del destacamento.

 De estas, y otras semejantes tibiezas, e inobservancias de las ordenes de la superioridad dimana el desorden, y trastorno, que casi generalmente se experimentan en estas fronteras.

Debe advertirse que en los puestos de ellas reciben encada mes la ración completa que se les envía los pocos, o muchos hombres de Milicias que a la sazón se hallen efectivos en los respectivos parajes,  aunque no sean más que 5 a 6.

 Abrigando la causa del insinuado exceso de los Milicianos, con un cabo de ellos me respondió este redondamente con su sombrero encasquetado que no quedan interpolarse con los Dragones ni ser mandados por otros que por ellos mismos, que sabían hacer también el servicio como los Militares, cuya osadía, y desatención me obligo a arrancarle su propio sable, y darle con el media docena de palos, y traerle preso para presentarle con el debido informe al Señor virrey.

Caminamos 10 leguas.

Cita:

(1) Levene, Ricardo (advertencia), Primer congreso de Historia de lo Pueblos, Caítulo V ,Apéndice Documental, Direcciónes de impresiones oficiales, La Plata, 1952, pag.72:73.

Edición: Maximiliano Van Hauvart, estudiante UNMdP.

Carlos-2

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