Aportes de la Historia

Notas dispersas sobre Historia

El General San Martín manifiesta los graves inconvenientes de la proyectada expedición a Coquimbo u otra provincia de Chile.

El General San Martín manifiesta los graves inconvenientes de la proyectada expedición a Coquimbo u otra provincia de Chile.

Selección y comentarios para aportes de la historia, Diana Duart

Los planes y las estrategias militares que rodearon a la gesta emancipadora supieron ser objeto de controversias en cuanto a la autoría de los mismos. Las historiografías nacionales les asignaron a sus héroes la originalidad de aquellos proyectos. Más allá, de aquel debate, el plan propuesto por Bernardo de O’Higgins expone con centralidad el peso del espacio geográfico sudamericano. Esta cuestión no dejaba de ser novedosa, varios funcionarios reales a lo largo del período colonial habían expuesto diversas peculiaridades en torno al desafío que representaba la ocupación, circulación y conectividad de la región. La construcción y las lógicas que adoptó el espacio, durante casi tres siglos, sirvieron de soporte material para la campaña libertadora. Esta fuente si bien es larga explica por si sola la complejidad de la Empresa desde la perspectiva política y la militar, la información que el Estado Mayor del Ejercito Libertador recibia debía ser fiable, ese cúmulo termino por decidir por que pasos y como se realizaria la empresa militar. Aportes decidio que sus lectores tuvieran los textos completos en forma de imagen, los docentes podrán decidir que fragmentos son los mas apropiados para sus alumnos. (1)

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El General San Martín manifiesta los graves inconvenientes de la proyectada expedición a Coquimbo u otra provincia de Chile

Guerra —Reservadísimo.

Excelentísimo Señor.

La expedición que Vuestra Excelencia en su reservadísimo del 16 me indica; parece la más oportuna, y acertada; pero yo no cumpliría con mi deber, si excusara las prevenciones q. creo justas. Prescindamos de q. ella debe pasar lo más breve las Cordilleras a mediados de Abril, tiempo, en que por la frecuencia de las nieves se exponen todos a perecer. Concédase, que para fines del mismo ocupe toda la Provincia de Coquimbo. Resta saber si podrá, o no sostenerse. Yo estaría por la afirmativa con dos precisas circunstancias: a saber, que nuestros buques del mar pacifico fuesen del Estado, y no armadores particulares, y que llevara veinticinco mil para subsistir. A la demostración. Sin una fuerza marítima del Estado, y esta bajo la inmediata dependencia del Jefe de la expedición no puede sostenerse en Coquimbo un invierno entero contra las invasiones de la Capital. Nuestros corsarios aún no se han presentado en las costas de Chile. Prueba esto, q. su fin es cruzar sobre el Callao (1), y apresar los buques de Sur, y Norte de este Puerto ¿y en tal intermedio faltada a los enemigos más, que suficientes recursos para formar una expedición marítima en Valparaíso, y desembarcar en menos de tres días por la espalda de las tropas. Que Cubran las avenidas de Santiago? ¿Y entornes habría retirada? Aún hay más.: Dividida nuestra pequeña fuerza: no podría el enemigo avanzar sobre Mendosa con el mayor número de la suya, batirnos acaso, y doblar sobre Coquimbo? Por otra parte: estas casas están en situación de no poder dar un solo peso, y de consiguiente la expedición empleada la fuerza para subsistir, resultando el disgusto del país. Mas especúlense las consecuencias, que ella produciría al principal objeto de la reconquista. En el concepto que el enemigo por una combinación fuera de cálculo, no obrase agresivamente, todas se redujeran a poner un extremo de Chile, que fecundo en riquezas minerales, no lo es tanto (y aun puede llamarse estéril, comparativamente las demás provincias) en gentes, ganados de toda especie, agricultura, fuego revolucionario. La explotación de las minas quedada frustrada en el acto de obstruirse el comercio de la Capital, que las sostiene. Esta falta, y la manutención de las tropas pondrían en tortor al vecindario.
El concepto de nuestras armas desmerecería en el de los patriotas del Sur. Ellos desmayaran al ver una pequeña división acantonada cuasi a ciento cincuenta leguas de Santiago, y dividida por escarpadas e innumerables colinas q. cruzan de mar a Cordillera. Desde allí era imposible proteger la deserción: menos favorecer los oprimidos, ni recibir (le ellos auxilio alguno, pues no es creíble se comprometiesen en favor de una potencia inferior de la enemiga: Deberíamos pues, o abandonar aquel punto haciéndonos la burla nosotros mismos, o dejar esta fuerza aislada, la que a más de faltarnos para la expedición general, no podría combinarse con ella por la localidad misma, y topografía de todo Chile. Respecto de los Pueblos del Sur es más impracticable este proyecto. Ellos forman el nervio de la Población. El enemigo lo conoce, y es imposible emprenderlos con igual fuerza que a Coquimbo.’ Con todo defiriendo absolutamente en la acertada resolución de V. E., hago presente, q. las tropas q. pueden marchar están prontas de todo lo necesario (si se exceptúa dinero) designándose su número, y Jefe q. debe mandarlas. Aguardo pues la suprema decisión de V. E. para proceder inmediatamente conforme a ella. Pero ya que el Gobierno exige mi dictamen; lo expondré con la franqueza de un hombre que se sacrifica por las glorias de su patria. Fijemos para ello principios demostrados. Chile por su excedente población proporcionalmente a las denlas regiones de esta América: por la natural valentía, y educada subordinación de sus habitantes: por sus riquezas, feracidad, industria, y últimamente por su situación geográfica cs el Pueblo capas de fijar (regido por mano diestra) la suerte de la revolución.
Él es el fomento del marinaje del Pacifico: cuasi podemos decir, q. lo ha sido de nuestros ejércitos, y de los del enemigo. En este concepto nada más interesa, q. ocuparlo. Lograda esta grande empresa el Perú será libre. Desde allí irán con mejor éxito das legiones de nuestros guerreros. Lima sucumbirá faltándole los artículos de subsistencia más precisos. Pero p.5 este logro despleguemos de una vez nuestros recursos. Todo esfuerzo parcial es perdido decididamente. La toma de este país recomendable debe prevenirse con toda probabilidad. Ella exige una fuerza imponente, q. evitando la efusión de sangre, nos dé completa posición en el espacio de tres, o cuatro meses. De otro modo, el enemigo nos disputa el terreno palmo, a palmo. Chile naturalmente es un Castillo. La guerra puede hacerse interminable; y entretanto variado el aspecto de la Europa, armas solo que envié la Península puede traernos consecuencias irreparables. Por lo tanto yo conceptúo que para esta decisiva es de necesidad indispensable pasar las Cordilleras en el Octubre próximo. A este fin debe primero proveerme V. E. de doce, o catorce mil pesos de pronto, para mantener nuestras relaciones secretas, minar la opinión de las tropas, y extraernos todo el armamento posible. Segundo: con cuatro mil hombres, entre ellos setecientos de Caballería; contando con que esta Provincia puede poner con su actual guarnición dos mil doscientos hombres; de modo, que solo el resto se exige de la Capital. Tercero: con tres mil fusiles de repuesto: ochocientos sables: cuatro piezas de Cañón de Batalla de a cuatro; y sesenta mil pesos, de los cuales treinta mil, puedo en tal lance exigir de estos vecinos; pues no es regular ir a Chile sin numerario, y empezar por exacciones, guando se debe seguir un sistema en todo opuesto al de sus opresores.
Y por último, deben zarpar oportunamente de esas playas dos buques de toda consideraciones y porte armados de Tienta del Estado y sujetos a órdenes del Jefe del Ejercito: los q. cruzando las costas de Chile contengan el escape de nuestros enemigos, o les apresen con los grandes tesoros que de lo contrario pueden substraer. Promoviendo sobre todo desde ahora estos preparativos, q. nada falte en el momento preciso de la marcha: q. yo por mi parte, protesto activar cuanto alcancen mis recursos, hasta formar (si es de la aprobación de V. E.) cuadros completos de Oficiales escogidos entre los emigrados, los que uniformados a nuestra táctica serán y podrán llenarse fácilmente en aquel país, donde por sus relaciones se deben merecer la confianza, y aprecio de sus naturales. Cualquier gasto q. se impenda, estoy persuadido (según es notorio) que puede brevemente resarcirse con los caudales de los liberticidas, cuando no se cuente con la generosidad de los patriotas, ansiosos, como sabemos por la restitución de sus derechos. Finalmente: las tropas expedicionarias podrán restituirse en breve a esta Provincias; o lo que es mejor cambiarse por chilenas, q. trasplantadas a esa Capital sostengan el orden, y la dignidad suprema, sin tenérsele en divisiones intestinas, así por su falta de relaciones como por depender de su Gobierno nacional, de quien solo pueden recibir sus mejoramientos. Cuyo plan a mi ver es el único q. daría tono, y consistencia a nuestra aptitud política. Ya he expuesto francamente a V. E. mi dictamen, dígnese impartirme su superior resolución.

Dios guarde. a V. Excelencia.

Mendoza Febrero 29. De 1816.

Excelentísimo. Señor.
José de San Martín.


(1) Archivo de la Nación Argentia, Documentos referentes al la GUERRA DE INDEPENDENCIA Y EMANCIPACIÓN POLÍTICA, de la REpublica Argentina, y otras secciones de Amércia a que coopero desde 1810 a 1826, Buenos Airesl Talleres Heliográficos Ricardo Radeaelli, Paseo Colon 1266, 1915, pp., (256-257).

Edición y corrección: Van Hauvart Duart, Maximiliano L. Estudiante de Letras. FH, UNMdP

Carlos-2

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