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Derecho de propiedad intelectual de Aportes de la Historia
RL-2024-66246392-APN-DNDA#MJ (SEPTIMA SERIE)
Introducción
Diana Duart y Carlos Van Hauvart
Hace ya muchos años, exactamente en 1987, en una librería de viejos en el barrio de San Telmo dimos con un ejemplar de la «Comisaría de Órdenes de la Policía de la Provincia». Ese era el encabezado que se leía en un sello azul en el margen superior izquierdo y que comenzaba con la circular n°1 fechada en Buenos Aires un 11 de enero de 1883. Gran parte escrita a mano en una meticulosa caligrafía y posteriormente fue mudando por textos impresos. El tomo mostraba un encuadernado prolijo y constaba de 529 circulares que concluían el 4 de enero de 1890[1].
Esta fuente incentivó nuestra curiosidad y ver que pesquizas podíamos hacer con este libro. La información que poseía posiblemente nos llevaría a realizar un trabajo, y así fue[2]. Nos concentramos en observar cuales eran los delitos por los cuales los “sospechosos” eran requeridos por la Justicia Criminal y otras variables cuantitativas. Sin embargo, teníamos en mente percibir que pasaba con los extranjeros en un momento de inmigración masiva.
Estos documentos, posteriormente, los utilizamos en varios trabajos presentados en distintos congresos con sus correspondientes publicaciones[3]. Sin embargo, debemos aclarar al lector que nuestro interés era la administración de Justicia de la Provincia de Buenos Aires entre 1880 y el Centenario y no la propia Policía como institución (esta fuente era complementaria como señalaremos).
Quisimos saber donde se podrían encontrar los otros tomos con las siguientes circulares. Supimos que se encontraban en el Archivo Histórico de la Policía de Buenos Aires, en la ciudad de La Plata. Además, de aquellas órdenes, se resguardaban los legajos del personal policial del aquel momento.
Sin embargo, gracias a nuestro maestro y amigo Carlos A. Mayo, tuvimos la fortuna de encontrar en el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires “El Levene”, el repositorio del Juzgado Criminal Capital de la Provincia de Buenos Aires[4], donde estaban prolijamente ordenados cientos de expedientes judiciales sobre diversos delitos civiles y penales.
En esos expedientes podíamos observar como el aparato administrativo judicial ordenaba la actuación de la policía, los jueces de paz, testigos, víctimas y sus victimarios, secretarios de los diversos juzgados o los mismos jueces que tomaban las causas según la “relación de hechos criminales” que se producía en su jurisdicción. En ellos encontrábamos “Miles de historias”.[5]
Hubo un detalle no menor, esos legajos no estaban catalogados ni clasificados, y por ello no podían ser consultados. Frente a esa imposibilidad, Diana les propuso que “nosotros nos haríamos cargo de esa tarea y que le entregaríamos una base de datos e impresos de esta[6]”. Fue un trabajo que nos llena de orgullo y de gratísimos recuerdos.
Y es aquí, donde la fuente que hoy presentamos se veía reflejada en los expedientes judiciales. Note el lector que no hablamos de fuente judicial. Éste encontrará como la Comisaria de Órdenes a través del Jefe de Policía ordenaba la actuación de la institución en diversos campos. Sin embargo esas “ordenes” se emitían por pedido de los propios Jueces de Primera Instancia o a solicitudes de otros agentes estatales, tanto municipales o del ejecutivo provincial.
Tienen un formato institucionalizado, por un lado el conocido “Hágase saber” y otra sección denominada “Pedidos de Captura”, generalmente están separadas, pero en algunas ocasiones el “Hágase saber” y los “Pedidos de Captura” están en una misma circular y eran recibidas por todas la Comisarias y Subcomisarias de la Provincia de Buenos Aires.
Con respecto al “Hágase saber” nos vamos a encontrar con saberes que deben ser institucionalizados en la práctica policial. Hoy la historiografía nos habla de ellos como “agentes estatales”, para nosotros en aquellos tiempos eran “auxiliares policiales”.
Pero volvamos a la fuente que hoy presentamos, ¿qué nos describen estas circulares en el “Hágase saber”?. No es necesario decir que esta fuente nos brinda información de primera mano sobre cuál es la “función” de estos “agentes” y como se organiza la institución policial para cumplir esas “funciones”. No solamente con respecto al delito, sino como auxiliares en primera instancia junto a los Jueces de Paz. Ambos participaban en los expedientes judiciales cuyos primeros receptores eran los secretarios de cada juzgado y los Jueces de Primera Instancia, estos últimos no estaban en el lugar de los acontecimientos. Esa distancia explica la insistencia que se observaban en la Circulares en cómo se debían realizar las actuaciones judiciales. Es ahí cuando las instancias administrativas operan en el territorio de los hechos y delimitan los territorios de actuación, son como se señala en la actualidad, los pliegues e intersecciones tan necesarios para observar los mecanismos de funcionamiento institucional.
Conectar esta fuente con los expedientes judiciales de los diversos Juzgados del Crimen es imprescindible para observar si las conexiones planteadas funcionan y se ejecutan como lo ideaban esos Jueces de Primera Instancia. Pero además nos permiten advertir los conflictos por el incumplimiento de las normas registradas en el “hágase saber” y estos no eran pocos. Esas discrepancias quedaban reflejadas en los expedientes constituidos en el Juzgado del Crimen, tanto por los Secretarios o los Jueces que remarcaban las falencias en el actuar de la organización policial y que muchas veces los abogados defensores “aprovechan”.
Si tuviéramos que señalar alguna de las circulares, sería imposible. Para nosotros una de ellas es importante: la Circular 442 donde se detallan los nombres y los cargos que ocuparan en la nueva organización del servicio. Veremos además, en otras Circulares, nombramientos, ascensos, jubilaciones, cambios de destino, renuncias a los cargos, exoneraciones, bajas y las deserciones con equipamiento, que son mas importante de lo que uno supone en términos cuantitativos.
Esto muestra el “caótico” circuito de nombramientos que se daba para ingresar al servicio policial. No está muy lejos la creación de la Escuela de Oficiales y luego la de Sub-oficiales. Recordando que, durante el periodo de estas circulares, el personal policial conoció dos reglamentos para su funcionamiento, el último empezó a regir en enero de 1890.
Por último, hay que prestar atención a las circulares en donde se ordenan los datos para el servicio estadístico que Diógenes Muñiz, Luis Fors y Agustín Gambier, utilizaron para redactar su texto “La Policía de la Provincia de Buenos Aires; su historia, su organización, sus servicios”, publicada en 1910.
Hemos decidido publicarlo mediante la aplicación “Genial.ly” siguiendo los criterios de accesibilidad señalados en los diversos seminarios del Servicio de Educación a Distancia (SIED) de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Este proceso de “innovación” comenzó en el 2025, donde varias circulares fueron publicadas en www.aportesdelahistoria.com .
Esta publicación cuenta 193 circulares. Las primeras 33 circulares están acompañadas de traducciones al inglés, francés y alemán, que se irán completando a lo largo del tiempo. Como hemos dicho en párrafos anteriores, en diversos pedidos de captura se encuentra información policial que hemos señalado con el siguiente texto “en dicha circular hay información policial” y en color ámbar.
No hemos querido clasificarlas u ordenarlas según algún criterio preestablecido, es el profesional que encontrara en su lectura la información que es necesaria para su trabajo.
El lector hallara pocas referencias bibliográficas, las que señalamos son las que en ese primer momento nos ayudaron a comprender la tarea que comenzábamos. Más de 30 años después la producción sobre la cuestión del delito, la justicia y la institución policial es inmensa y muestran el enorme esfuerzo de parte de prestigiosos historiadores por esta cuestión.
Para finalizar queremos decirles que para nosotros era una tarea pendiente que no está terminada, más bien es el comienzo. Una nueva tarea del Grupo Sociedad
Otoño del 2025.
Diana duart – Carlos Van Hauvart
Notas
[1] Este registro institucional atraviesa las gobernaciones bonaerenses de Dardo Rocha (1881-1884), Carlos D’Amico (1884-1887) y Máximo Paz (1887-1890).
[2] Duart, D. y Van Hauvart, C.; «Delitos y Delincuentes extranjeros a través de las órdenes de captura de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. 1880:1900», en: Colección Histórica, Administración de Justicia, La Plata, Dirección Provincial de Patrimonio Cultural y Natural, 1992, (Nro. 3) pp.4.
[3][3] Link de dirección: https://aportesdelahistoria.com.ar/administracion-de-justicia-en-el-departamento-judicial-capital-provincia-de-buenos-aires-1880-1902/
[4] Corbetta, J.C y Helguera, M.; La evolución del Mapa judicial de la Provincia de Buenos Airess, 1821:1983, La Plata, Suprema Corte de Justicia, Departamento Histórico, 1983.
[5] Roberto Bergalli también nos ha alertado sobre la relación entre esta sociedad tan dinámica y heterogénea producto de la inmigración y el Estado en donde se irán gestando interferencias, interrupciones e incoherencias que posiblemente podamos encontrar en estas circulares. Es preciso entonces escuchar los pedidos de protección y los diversos reclamos que esta “sociedad” en transformación le hace a la institución policial. Véase: Fernández, P., «La inclusión de lo excluido: La historia de la delincuencia y de las instituciones penales», en: Historia Social, I.H.S.U.V., Valencia, 1990, (invierno), pp.149:158. El autor plantea la necesidad de estudiar el funcionamiento de los tribunales, ya que «es preciso salir de las páginas de las recopilaciones ir a la práctica de los tribunales». Serna, Justo (1988), Presos y pobres en la España del XIX, la Determinación social de la marginación, PPU. Introducción al texto. Véase también; Bergalli, R. y Mari, E. (coords.), (1989), Historia ideológica del control social, (España, Argentina, siglos XIX y XX), PPU.
[6] Ese trabajo y sus pormenores los relatamos en “Experiencias de Archivo” junto a las Jornadas con ese mismo nombre que organizaron el CEHIS y fue publicada en los Cuadernos de Trabajo del Cehis (2003). Un recuerdo para el Abad del Archivo Levene ‘Beto’ Miranda, Zulma Totis (jefa de Personal) y Copete Demichelis.
Edición: Carlos Van Hauvart
Portada parcial: Flor Benítez y Max Van Hauvart Duart