Aportes de la Historia

Notas dispersas sobre Historia

La Experiencia Feudal en el Canada Francés, en el siglo XVI.

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  Fuentes para el estudio de la colonización de Francia en Canadá

Cita de texto Nro.: 1

Introducción:

por Diana A. Duart CEHis-FH-UNMdP y Laura Cabrejas CEHis-UNMdP.

D.N.D.A. Registro de autor 5.274.226

Hace exactamente hace treinta años Carlos Mayo (ampliar) nos explicaba el proceso de expansión colonial de Francia,  la cual  él la denominaba como  precaria. La tensión entre el proceso factorial ligado al comercio de pieles o peletero con la intención de colonización, planteado por el estado francés, era el primer punto de análisis.

El comercio de pieles nace junto con el interés en los bancos de pesca que había en la región de Terranova. Como él decía los intereses pesqueros generaron el primer asentamiento al que se sumó el comercio peletero.

La ocupación de Francia se realizó con el fuerte peletero, factorías en las cuales se compraban las pieles a los habitantes originarios,   otros realizaban la caza de animales y esto  fue modificando la frontera, a medida que se incrementaba la demanda de pieles los franceses avanzaban hacia el interior. Otro tipo de ocupación fue el realizado por las Misiones tanto de los Jesuitas como de Recoletos en su misión de evangelizar  y el señorío agrícola, del cual hoy presentamos un fragmento de Marcel Riux e Yves Martin.

En 1663 Colbert  y Luis XIV comienzan un cambio radical en el proceso de colonización. El estado se hace presente con una administración centralista, fuertemente burocrática, con gobernador, intendentes, obispados y un sistema de administración de justicia.

El Intendente Jean Talón fue una figura decisiva en este proceso, entendió que el primer problema era la debilidad demográfica de la ocupación de Francia en América del Norte. Uno de los puntos centrales fue que se trasladó la experiencia feudal o el señorío (como es explicitada en el fragmento traducido) (1).  Estos señores debían colonizar sus territorios con colonos, estos trabajaban la tierra y pagaban un censo o renta además de otros impuestos,  como la corvee  (servicio personal al Señor de dos o tres días al año), el derecho de pesca (recibía la décima parte de lo obtenido por los colonos), el derecho del bosque por el uso de este para la pastura de los animales del colono, el pago por el uso del molino y del horno.

Puedes con estas ideas comparar los procesos de colonización que los estados europeos formularon para las distintas experiencias, Castellana, Inglesa, Francesa, Holandesa entre los siglos XV y XIX.

A Feudal Colonization System

El éxito de este asentamiento puede atribuirse al tipo de colonización que prevaleció.   Durante los siglos XVII y XVIII, la colonización fue modelada sobre el viejo sistema feudal francés con esta diferencia:  el señorío canadiense no fue una institución política como el de la edad media europea, sino más bien un sistema particular de asentamiento y de distribución de nuevas tierras  (Langlois).

El feudo  era concedido al Señor, cuya tarea fue asignar parcelas de tierra a los colonos,  conocida como censitaires por el cens o alquiler que los colonos pagaban bajo un acuerdo bilateral de privilegios y deberes con el señor feudal. Los señoríos, estaban situados  a lo largo de las orillas de los ríos, eran de variadas dimensiones, pero por lo general tenían un frente sobre el agua de una legua, mientras que, en el período temprano, la profundidad hacia el interior no tenía límites.

Relativamente pocos señores establecieron su residencia en sus señorios. Ellos preferían  subdividir la tierra de los señoríos  y alquilaban los lotes a los colonos — se convirtieron en verdaderos agentes colonizadores espoleados por la perspectiva de la ganancia producto de los alquileres cobrados. Se aplicaron normas que favorecieron  a  los nuevos pobladores. Esto estaba en marcado contraste con algunos de los abusos que prevalecieron en las nuevas colonias,  en donde grandes señoríos se especializaron en la producción de lujo y la esclavitud proporcionó la mano de obra.  El sistema señorial canadiense con sus explotaciones familiares individuales permite el camino para el éxito de la pequeña granja.

Cada Señor se vio obligado a asegurar la ocupación de sus tierras, de lo contrario corría el riesgo de  que se le confiscara el señorío. Esto se convirtió en un medio muy eficaz de la colonización. Aunque los ingresos de los cens o colonos  no era exorbitante,  él Señor podía contar con una cantidad fija durante intervalos definidos. El intendente Talon fue un fuerte promotor del sistema señorial de la tierra. Aunque aparentemente anticuado, era de hecho un sistema muy eficiente, muy superior a la especulación que sobre  la tierra prevaleció más tarde y fue un factor importante en la colonización del Canadá francés.

 A fin de asegurar la ocupación de su tierra, el Señor debía reclutar a los colonos;  A los oficiales del ejército, de los regimientos asentados en Canadá,  a menudo se le concedió Señorios  y a su vez estos alentaron a sus soldados para establecerse allí. Otros volvieron a sus provincias de origen en Francia, para encontrar colonos que ocuparan sus tierras, como lo hizo Giffard que atrajo a muchos de sus compatriotas de Mortagne a su señorío Beaupre y fue responsable de un importante movimiento de emigración desde Perche.

Al campesino se le concedería una parcela de tierra a condición de que construyera su hogar y  trabajara la tierra para obtener alimentos.  Su alquiler, era inicialmente  de pocos soles,  más tarde aumento a veinte soles por arpent [frente de 65 metros] más un pago en especies (un capón, un jamón y mantequilla).   El Señor tenía que levantar un molino donde los  censitaires o campesinos debían  llevar su grano para molerlo y también un horno para la cocción; Si él no cumplía con esa obligación, el horno y el molino podían ser construidos por cualquiera.  El colono consentía  una cierta cantidad de servicio feudal (los corvees), especialmente trabajaban en los caminos.  A menudo,  se estipulaba que los robles encontrados en la finca debían ser para la marina de guerra del rey.

Para garantizar una cierta estabilidad, el Señor tenía el poder de controlar y limitar a los colonos indeseables de su propiedad  retirándoles el título de inquilinos.  A su vez el Señor estaba sujeto a restricciones con respecto a la disposición de su señorío y sus tierras. Se llevaron a cabo inspecciones periódicas por parte del estado en los Señoríos y los que no cumplían fueron desposeídos de sus dominios.

En 1640 la población de Canadá francés era sólo de 340; para 1665 habían alcanzado los 2.500 habitantes.  A partir de 1660, el rey envió un promedio de unos trescientos emigrantes anuales. Durante el régimen del intendente Talon a la mayoría de los oficiales del regimiento de Carignan se les concedió Señorios en los cuales se asentaron sus soldados, y casi cuatrocientas nuevas granjas se establecieron de esta manera; estos soldados fundaron la genealogía canadiense con los nombres de Jolicceur, Laframboise, Brindavoine, Sans Souci. En varias ocasiones (en el período 1672-1711) los señoríos que habían sido mal administrados fueron confiscados por el intendente actuando en nombre del rey y fueron reasignados. Hubo ochenta y tres señoríos en 1683 y unos ciento diez en el momento de la conquista británica.

El régimen señorial le confería al colono la seguridad  y la libertad del aislamiento. Es cierto que los Señores se convirtieron en una clase casi extinta después de la conquista británica. Muchos de los que estaban en el  servicio civil o militar regresaron a Francia; otros nunca pusieron un pie en el suelo canadiense. Pero el Señorío y su división de la tierra estaban ahí para quedarse. os inquilinos siguieron pagando el  alquiler de sus lotes. Eventualmente, el Gobierno asignó créditos para la compra de las fincas por parte de los inquilinos. Aunque en algunos casos, especialmente en Lotbiniere, el pago del cens se seguía cobrando en los últimos años del dominio británico (2)

La siguiente traducción del texto en ingles está realizada en torno al uso de la Historia Escolar, se han dejado de lado ciertas precisiones debido a la complejidad del texto, (eliminando las citas aclaratorias del editor.) como las puntuaciones.

Traducción: Matias Wibaux, Daniel Virgili, Carlos Van Hauvart.

Citas:

(1) Riux, Marcel; Martin, Yves; French-Canadian Society, Carleton Librery, Otawa, 1964, pag. 405

(2) ob.cit., pp (6:7)

Edición y correción: Maximiliano Van Hauvart, Estudiante UNMdP

Carlos-2

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