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El siguiente texto denominado “La importancia de los alimentos en la colonización” fue pensado en el marco de las prácticas docentes del profesorado de Historia y dirigido a los alumnos de 2do año de secundaria. Personalmente considero, que más allá de ver el aspecto económico, político y organizativo de la sociedad luego de la conquista, o cómo funcionó la evangelización como elemento conquistador, que analizar también otros aspectos más sociales que en pocas ocasiones son incluidos dentro de los textos sobre el periodo colonial. En este caso el análisis se encuentra centrado en los alimentos, sobre todo en la diferencia de las concepciones sobre estos por parte de los nativos y los españoles; y qué cambios se fueron produciendo en la alimentación y la producción tras la llegada de los europeos a América.
La importancia de los alimentos en la colonización
por Iñaki Urribarri
Cuando los españoles llegaron a Mesoamérica, encontraron allí a los aztecas y a otros pueblos indígenas importantes. La tierra que esos pueblos habitaban era fértil y había abundancia de cultivos como los frijoles, las calabazas, los chiles (pimientos), los aguacates, los tomates, el cacao, el algodón, el tabaco, el maíz y la yuca. Los europeos encontraron plantaciones agrícolas similares en toda la región. Sin embargo, los colonos europeos consideraban que tales alimentos eran de menor calidad e inadecuados para sustentarlos. Al momento de la conquista, la dieta europea consistía principalmente de pan, aceite de oliva, aceitunas, carne y vino. Los marinos europeos subsistían de esa dieta en su viaje desde Europa, pero al llegar a las Américas habían agotado las provisiones de los alimentos que consideraban necesarios para su supervivencia. Cuando los europeos comenzaron a perecer en estas “nuevas” tierras, dirigieron entonces su atención hacia la alimentación. El mismo Colón estaba de hecho convencido de que los españoles estaban pereciendo por la falta de “alimentos europeos saludables”. Fue así como comenzó el discurso colonial de los “buenos alimentos” (alimentos europeos de calidad superior) en contraposición a los “malos alimentos” (los alimentos indígenas de menor calidad).
Los españoles pensaban que, si no consumían los “buenos alimentos”, iban a morir o peor aún, imaginaban que se volverían como los indígenas. Los colonos europeos pensaban que los alimentos daban forma a sus cuerpos. Es decir, la constitución corporal de los europeos difería de la de los indígenas porque la dieta que consumían era distinta de la que aquellos consumían. Los europeos también creían que la dieta podía cambiar su constitución, de donde deriva su temor de que, si consumían alimentos indígenas “inferiores”, a la larga se volverán como “ellos”.
La función de los alimentos no era únicamente la de mantener su superioridad física, sino que también desempeñaban un papel en la formación de la identidad social. En España las élites por lo general consumían pan, carne y vino. Los más pobres, sin embargo, no podían permitirse tales lujos y se limitaban a consumir cereales como la cebada y la avena. La misma función de los alimentos intentaron imponer los españoles tras su llegada a América, por ejemplo, los españoles decretaron que la carne de los conejillos de indias (Cui, cobayo) era esencialmente un alimento de indios, por lo tanto, se consideraba a cualquiera que la consumiera como un “indio”.
Los animales
En el territorio de lo que hoy en día se conoce como Latinoamérica existían ya varios animales domésticos a la llegada de los europeos. Entre ellos había perros, llamas y alpacas, conejillos de indias, pavos, y cierta variedad de pollo. En Mesoamérica, la carne y el cuero que se consumían habitualmente provenían de la caza, no existía una explotación a gran escala. Para los europeos resultaba inaceptable esta falta de animales adecuados para el trabajo y el consumo. Fue así como llegaron los primeros caballos, perros, cerdos, vacas, ovejas y cabras durante el segundo viaje de Colón. La llegada de estos animales cambiaría profunda y permanentemente la forma de vida de los indígenas, su alimentación y comenzaría una etapa de comercio de estos productos. La expansión de la ganadería se apropió de extensas cantidades de tierras que anteriormente los nativos utilizaban para cultivar, lo que derivó obligatoriamente en un cambio de su dieta.
Durante el proceso de colonización se recompensaba a quienes adoptaran las costumbres europeas. En un principio, la conversión al catolicismo y la adopción de la cultura, costumbres y creencias españolas se impusieron por la fuerza. Con el tiempo, los españoles intentaron otros métodos para que los pueblos indígenas adoptaran su forma de vida. Por ejemplo, los curas llegaron a ofrecer ganado a los jóvenes indígenas a cambio de su conversión al catolicismo. La posesión de ganado era una opción tentadora: los animales representaban una fuente de ingresos y su consumo era símbolo de un estatus social elevado, según las percepciones de los españoles. Puesto que los alimentos se identificaban con el estatus social y los pueblos indígenas podían mejorar su propia condición social entre los colonos si adoptaban sus costumbres, muchos así lo hicieron y llegaron a incorporar en sus vidas incluso los hábitos culinarios europeos.
Consignas
- ¿Por qué los españoles no veían con buenos ojos adaptarse a la dieta de los nativos americanos?
- ¿Qué roles simbólicos tenían los alimentos para los europeos? ¿Como los dividían?
- ¿Cómo afecto a las sociedades nativas el ingreso de productos y animales traídos desde Europa para satisfacer las necesidades alimenticias de los europeos?
- ¿Qué importancia tuvieron los alimentos europeos en la colonización? ¿Porque la tenencia de ganado representaba una buena oportunidad para los nativos americanos?
Bibliografía
Earle, R. (2012). The Body of the Conquistador: Food, Race and the Colonial Experience in Spanish America, 1492-1700. Cambridge: Cambridge University Press.
Edición
Max Van Hauvart Duart. Estudiante de la UNMdP.