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La yerba mate en el mercado interno colonial | Carlos Van Hauvart | Cap 3 | Historias coloniales
Guión por Prof. Diana Duart y Prof. Carlos Van Hauvart
Hace más de treinta años Juan Carlos Garavaglia (1) empezó a indagar sobre la producción y comercialización de yerba mate, con esto pretendía verificar como este “producto de la tierra” fue un nexo con otros mercados, que además abastecería muy pronto a Potosí.
El espacio que analizó, en parte es el actual Paraguay, situando su mirada en las reducciones y misiones que los Jesuitas y Franciscanos que tapizaron ese basto y marginal territorio del Imperio Español. El periodo de su trabajo abarco del siglo XVI al S XIX.
Su primera pregunta es cómo el consumo de la cultura guaranítica excedió ese marco para ser aceptado por los conquistadores. Estos empezaron a indagar sobre su uso, que tenía fines religiosos, explicando J.C. Garavaglia que su consumo se amplió al ir perdiendo eso lazos de religiosidad, por los cuales era consumido y fue siendo incorporado masivamente por los indígenas y los mestizos.
Otra cuestión altamente interesante fue que el consumo de yerba se dio en toda la población: indígenas, mestizos, blancos criollos o españoles. Donde la yerba mate llegará para ser consumida, fue ampliamente aceptada por el conjunto de la población del lugar, sea en Buenos Aires, Tucumán, Chile o el poderoso mercado de Potosí y de Lima, la Capital del Virreinato del Perú. La yerba mate competirá con enemigos poderosos en los gustos, como el café, el té o el chocolate incluso con la hoja de coca tan aceptada en el Alto Perú. Nos dice Garavaglía:
…Pero, si bien el consumo de la yerba tiene la difusión social que mostramos, no por ello se dejan de marcar las diferencias sociales que exige una realidad como la colonial. En el siglo XVII, Cardiel afirma: ”…la toman en tanta abundancia ricos y pobres, los pobres en vasos de calabacas pintadas o de palo santo y los ricos en los mismos vasos guarnecidos de plata y con bombillas de lo mismo para sorber… Los de conveniencias hechan en el agua azúcar y pastillas aromáticas y los pobres y jornaleros y esclavos la toman sin mezcla alguna… (2)
El mercado alto peruano fue abastecido a partir de 1630 en pequeñas cantidades, logrando conectar el producto con el mercado. Sin embargo, todavía el ciclo del azúcar y del vino eran la base de la producción con la cual Paraguay se conectaba con Potosí, pero que serán reemplazados por la yerba en los próximos cuarenta años.
Los jesuitas, que al principio condenaran la producción como el consumo de la yerba mate, aceptan paulatinamente que este se cultive en sus reducciones y misiones, tanto para el consumo interno como para exportar los saldos. Los comerciantes de la zona llevan la producción a los distintos mercados, como así mismo llegan comerciantes de otros lugares para hacerse con parte de la producción, tan lejano como Chile.
El siglo XVIII vera consolidado el aumento de producción de yerba como su colocación en el mercado potosino, pero su precio oscilara. No siempre mayor cantidad de un producto colocado en un determinado mercado significa mejores precios.
La ruta de la yerba pasa de Asunción a Santa Fé en donde se redistribuirán a Buenos Aires y Mendoza en donde llegara al mercado del Pacífico, para embarcarse en Valparaíso rumbo a Lima. Parte de la carga desembarcara en Arica y se llevara al Centro minero de Potosí. De Santa Fé viajara a Córdoba y a las ciudades y “pueblos de arriba”, como Santiago, Salta y Jujuy. La yerba mate es aceptada y demandada, abasteciendo lejanos puntos como hemos observado.
Con respecto a la producción de yerba mate difería si esta se realizaba en las reducciones Jesuíticas o Franciscanas a la que se realizaba en las estancias laica. En estas se buscaba mayormente en los montes donde se encontraba el yerbal, siendo cuidadoso en su corte se reproducía rápidamente. Luego de separadas las hojas que previamente habían sido tostadas en una gran fogata se lleva a los morteros donde empieza el trabajo de molienda, estacionándosela en ranchos para que no se humedeciera. De los distintos tipos de yerba que se podía encontrar la caamini fue la más popular.
Las reducciones además de buscar en los montes, iniciaron procesos de cultivo diferenciadose de las estancias laicas.
La mano de obra en primer lugar fue organizada en torno a los repartimentos o encomiendas. Estas explotaciones, que se les otorgaba a los conquistadores, generaron un descenso de la población indígena que se sumaban a las epidemias y a los excesos de trabajo que se les impuso en las tareas que se les asignó a los pueblos originarios. El control sobre esta población fue más eficiente en las encomiendas religiosas. Los guaraníes eran un pueblo religioso en el mundo prehispánico. Una vez aceptada la cosmovisión, que trae consigo el cristianismo, aceptan la organización comunitaria de los Jesuitas y Franciscanos.
Edición
- Max Van Hauvart Duart, estudiante FCSYTS-UNMdP
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