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RL-2017-11728123-APN-DNDA·MJ
versión impresa:
ISBN: 978-987-544-747-9
Las compañías comerciales como nueva organización del comercio. Los vínculos comerciales de Lambert van Tweenhuysen.
Por Diana A. Duart y Carlos A. Van Hauvart (1)
Los numerosos comerciantes holandeses que participaron del comercio de pieles en América tuvieron que enfrentar grandes riesgos comerciales. Uno de ellos fueron las largas distancias que debían recorrerse para abastecer el mercado europeo con aquel producto. El segundo inconveniente era que muchos de ellos se endeudaban con créditos para realizar estas operatorias, que de fracasar los dejarían en bancarrota. Además, los comerciantes holandeses rivalizaban entre ellos por comprar en América las pieles que serían vendidas en Europa. Esta competencia individual entre comerciantes llevó a muchas ciudades de los Países Bajos a organizarse en asociaciones o compañías. Estas eran sociedades integradas por accionistas que obtenían una licencia para operar en el mercado de pieles en los Nuevos Países Bajos. Este tipo de organización minimizaba los riesgos y permitía a los comerciantes diversificar sus negocios y operar no solamente en el mercado de pieles sino en el de otros productos.
Uno de los principales historiadores de las compañías comerciales y de la ocupación de los Países Bajos en América del Norte es Oliver A. Rink que, en su texto Holland on the Hudson (2), nos explica la conformación de estas compañías e individualiza a los comerciantes y accionistas con nombre y apellido poniendo en relieve sus prácticas económicas, sociales, políticas y hasta la afinidad religiosa que había entre ellos a la hora de realizar negocios o unirse en familias; esto nos dice de uno de ellos:
“…Lambert van Tweenhuysen era miembro de un pequeño grupo de comerciantes luteranos de Ámsterdam quienes, entre 1612 y 1614, habían dominado el tráfico de intercambios entre las tierras lejanas y el área descubierta del Hudson. Las actividades comerciales de VT sirven como ejemplo excelente de diversificación que caracterizó a los traficantes de Nuevos Países Bajos. Detrás de sus inversiones en los viajes de intercambio a los Nuevos Países Bajos, los negocios de VT incluían intereses mucho más amplios: las rutas terrestres hacia Alemania, en la manufactura de jabón en Haarlem, una participación societaria con algunos comerciantes franceses vinculados a la exploración del comercio de pieles en Canadá, expediciones para caza de ballena en Spitzbergen e importantes inversiones financieras en el comercio con el Levante.
Sus vínculos políticos no eran menos importantes. Se desempeñó como intermediario entre los Estados Generales y otros gobiernos para el comercio internacional de material de guerra. Fue introducido en el comercio de pieles por su amigo Arnout Vogels, también luterano y miembro de la misma congregación en Ámsterdam.
Más allá de las circunstancias en las que se inició en el comercio en los Nuevos Países Bajos fue después de 1613 cuando se convirtió en un influyente promotor comercial. Junto con Vogels y los hermanos Pelgrom, VT y su pequeña red de traficantes conformaron un cartel poderoso que combinaba riqueza y peso político para asegurarse un rol dominante en el comercio.
Los comerciantes estaban vinculados, más allá de la simple competencia que podían desarrollar. Cada miembro del grupo (cartel) era un comerciante exitoso por derecho propio. Algunos estaban relacionados por vínculos de sangre o matrimonio con los magnates comerciales de la sociedad holandesa. Los hermanos Pelgrom estaban muy bien relacionados. La esposa de Francoy, Bárbara Springer, era la hija de uno de los más importantes comerciantes de Ámsterdam. Leonard Pelgrom fue un exitoso comerciante que logró una considerable fortuna a través de su esquema de negocios entre Amberes, Breslau, Danzig, Sevilla, San Sebastián, Lisboa y Constantinopla.
Hans Hunger, uno de los pequeños comerciantes de este grupo, dirigió negocios simultáneos entre Alemania, Francia, Suecia y el norte de África.
Los miembros del grupo tenían otros intereses e historias en común. Todos ellos eran exiliados de Nederland del sur, y luteranos. Sus raíces sociales y religiosas eran casi idénticas, y las asociaciones que conformaron se organizaron como círculos concéntricos: una red de parentesco cimentado entre lazos comunes de fe e historia. Su mundo en común era el Amsterdam particuliere Kaoplieden (comerciantes privados). Era un mundo poblado por constelaciones de refugiados religiosos, minorías étnicas y lingüísticas como exiliados políticos. En la Ámsterdam del siglo XVII ellos afianzaron un importante hilo conductor de la vida comercial (3)
Cita:
(1) Duart, Diaya y Van Hauvart, Carlos; «Las compañías comerciales como nueva organización del comercio. Los vínculos comerciales de Lambert van Tweenhuysen.», en; Duart, Diana A. (Dir.), Holandeses, franceses e ingleses en América del Norte en el siglo XVII, Nueva Holanda en el Aula, Ediciones Aportes de la Historia, Mar del Plata, 2017, pp. 17:19.
(2)Rink, Oliver A., Holland on the Hudson, an economic and social history of dutch New York, Cornell University Press, 1986, pag.283.
(3) op. cit., pp. 35:37. Traducción del fragmento. Diana A. Duart y Carlos Van Hauvart.