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por Diana A. Duart CEHis-FH-UNMdP y Laura Cabrejas CEHis-UNMdP.
D.N.D.A. Registro de autor 5.326.899
Introducción:
Hoy en Aportes ponemos al alcance de nuestros lectores la traducción de un fragmento de la obra de Adriaen Van der Donck “A description of New Netherland” (1), de la cual se completaran diez pequeños capítulos.
Este texto es considerado como uno de los mejores trabajos sobre los inicios de New Netherland, básicamente producido para el lector de los Países Bajos como también para informar sobre las ventajas de ser colonizador.
Van der Donck fue un hombre crítico hacia la Compañía de Indias Occidentales, especialmente con muchos de sus Directores, y en especial con Willem Kieft, por el trato a los colonos y como la compañía distribuía las tierras entre estos, como abogado fue más propenso a defender los intereses de los inmigrantes que a hacer cumplir las órdenes de los Directores . Criticó además la forma de gobierno que esta Compañía había establecido en esa región, prefiriendo que la Corona optara por la experiencia de los Países Bajos: La República.
Fue un incansable explorador que lo llevó a convivir con estas “naciones de nativos” como el mismo las denominaba, o Wilden, al no poder distinguirlas unas de otras. Observó detenidamente sus “existencias” y como cohabitaban con los recién llegados, cuestión por la cual se interesó sobre manera. Los tópicos de tratamiento son tan variados, pero están expuestos ordenadamente para quienes debían de alguna manera “imaginar” esas tierras salvajes en los Países Bajos en el siglo XVIII y especialmente para nosotros que vemos con los ojos de Van der Donck desde el siglo XXI.
Los lectores que deciden sumar la experiencia colonial holandesa al complejo entramado las múltiples experiencias coloniales, debemos estar agradecidos de la edición de Charles T.Gehrin y William A. Starna, el trabajo de traducción del viejo idioma holandés al inglés moderno que realizó Diederick Willem Goedhuys y el prólogo de Russel Shorto, como a la Universidad de Nebraska y su imprenta.
Hoy publicaremos el titulo; «Of the manners and extraordinary qualities of the original natives of New Netherland”, “Their bodily shape, and Why they ar called Wilden”.
El lector encontrará interesante la comparación que rápidamente establece sobre las enfermedades o “deformidades” tan comunes en la Europa del siglo XVII y su inexistencia en los “nativos”, presta además atención a sus cuerpos, tanto de los hombres y mujeres y nos muestra con sus palabras la “belleza de estos”. Se detiene en “sus rostros” y el color de su piel, junto a la mirada de estos hacia los holandeses y aventura la falta de necesidad de la inmigración femenina de los Países Bajos. El trabajo y cómo lo realizaban es también objeto de análisis. En fin, el lector encontrará también sus propias conclusiones que esperamos puedan ser compartidos con sus alumnos en el aula.
Su forma del cuerpo, un por qué se llaman wilden
Su forma corporal y por qué ellos son llamados Wilden habla en la medida necesaria de los atributos de la tierra, también será ineludible para tratar en lo sucesivo la naturaleza de los nativos originales, para que cuando los cristianos se hayan multiplicado, y los indios se desvanezcan, podamos no sufrir la pena por sus usos y costumbres que pasen a la memoria.
Sus figuras, estructuras y forma del cuerpo, tanto en hombres como en las mujeres son bien proporcionadas e iguales al promedio de los países bajos.
En altura, y también entre altura o peso por circunferencia, varían como en otras partes, uno menos, otros más, y rara vez se desvían de la media.
Sus miembros son ágiles y flexibles, y ellos pueden enérgicamente con resistencia asombrosa recorrer grandes distancias, llevando paquetes grandes y pesados con ellos. Ellos son muy buenos en los ejercicios físicos voluntarios cuando así lo quieren, pero son bastante reacios — principalmente los hombres, para el trabajo pesado y constante de tipo servil. En consecuencia arreglan todas sus tareas y asuntos, de modo que no tengan que hacer o trabajar mucho.
Las deformidades y defectos congénitos muy rara vez se ven entre ellos, y en todo mí tiempo en ese país nunca encontré más de uno que haya nacido con un cuerpo defectuoso. Los lisiados, los jorobados o las personas deformes son tan raramente vistos que uno puede decir en verdad que estos no existen allí, y si uno observa de vez en cuando a un individuo mutilado o enfermizo, y pregunta sobre ello comprenderá que el defecto físico resultó de un accidente o fue infligido con la guerra. Todos son delgados y limpios, y ninguno es particularmente pesado, gordo, o grueso.
Aunque en términos generales, la naturaleza no los ha dotado de una incomparable sabiduría, y deben desarrollar su criterio sin formación, sin embargo, uno no encuentra tontos, locos, locos o lunáticos entre ellos.
Tanto los hombres y las mujeres tienden a ser anchos de hombros y cintura delgada. El pelo de la cabeza, antes de los cambios de la vejez, siempre es negro, muy elegante y lacio, y casi tan grueso como la cola de un caballo. Cualquier otro color o clase del pelo lo consideran como claramente feo.
En el pecho, debajo de los brazos y en la barbilla como en las partes privadas del cuerpo, tienen muy poco o ningún pelo; y los que se ven escasamente en los dichos lugares son arrancados de raíz. Rara vez este pelo se regenera, se observa en los ancianos, que tienen algunos pelos, aquí y allá; alrededor de la barbilla.
Todos, hombres y mujeres igualmente, tienen caras finas con ojos marrones negros y dientes muy blancos. Las personas cortas de vista o bizcas son muy rara vez encontradas entre ellos, nunca he escuchado de ciegos de nacimiento, y rara vez pierden la vista por accidente.
He conocido a uno solo con cataratas en ambos ojos, a quien la viruela había dejado ciego. En edad muy avanzada su vista falla, pero no tan temprano como en este país (se refiera a los Países Bajos)
El tono o el color de sus cuerpos generalmente no son tan blancos como los nuestros, aunque algunos de piel muy clara deberían ser encontrados, pero la mayoría nacen blancos.
El resto tienen una tez amarillenta como los gitanos o los infieles que vagan a través de nuestro país, o como la gente de los países que están al aire libre, con la piel curtida por no tener protección contra el sol y el aire.
Su amarillez no es culpa de la naturaleza, es sólo una característica adquirida debido al calor del sol, que quema más enérgicamente en este país.
Se transmiten de generación en generación, el efecto es aún más fuerte. A pesar del aspecto de amarillez que todos ellos comparten, un poco más que otros, uno encuentra a muchas personas con caras agraciadas y elegantes entre hombres y mujeres.
Es verdad que a primera vista parecen algo extraños a nuestra gente, porque el color, el discurso y el vestido son tan diferentes, pero para aquellos que se relacionan con ellos con frecuencia la extrañeza pasa pronto.
Y parece que las mujeres tienen una gracia atractiva sobre nuestros hombres. Para muchos hombres holandeses, antes que las mujeres holandesas llegaran allí, las nativas los enamoraron.
Su semblante y rasgos faciales son tan suyos y tan variados como este país, rara vez muy hermosos y aún más raramente muy feo, y si fueran instruidos como nuestras mujeres son, sin duda se diferenciarían poco de ellas, en absoluto. Los nativos originales de este país — ahora hay también muchos nativos que no nacieron en este lugar, los cristianos nacidos de cristianos (se refiere a los criollos nacidos en nueva Amsterdam)— fueron todos llamados wilden por nuestra gente como una denominación general, aunque estén divididos en muchas tribus diferentes. Ese nombre, por lo que puede ser determinado, fue dado desde el principio y es completamente apropiado por varias razones. En primer lugar, debido a la religión, porque no tienen ninguna o es tan pobre que virtualmente se encuentran en estado de naturaleza.
En segundo lugar, en lo que se refiere al matrimonio y al reconocimiento de los bienes que poseen, no practican nuestras leyes generales que bien pueden ser llamados wilden, porque actúan en esas cuestiones casi a voluntad. En tercer lugar, ya que los cristianos, para separarse, dan nombres de naciones extranjeras a los turcos o Mamelucos o bárbaros. Para los nativos aplicar el término pagano es demasiado general y poco usado en el extranjero, no desearon incluir a los naturales americanos con ese término.
Del mismo modo, los términos negros y blancos que son acostumbrados entre aquellos que tienen negocios en el extranjero para distinguir a los negros de nuestras naciones y similares. Pero ninguno de aquellos nombres encajó a los americanos, cuya piel tiende a la coloración aceituna oliva.
Por lo tanto nuestro pueblo, bajo el impulso del momento, que se supone sin premeditación, les llamó wilden, como el primer nombre que se les ocurrió (no hemos encontrado una traducción de esta palabra para el holandés antiguo).
Y puesto que la primera opinión de las mujeres y ante la falta de educación de los nativos, es que me parece oportuno que se los llamaran wilden, porque son bastante salvajes y son extraños a la religión cristiana. (2)
La siguiente traducción del texto en ingles está realizada en torno al uso de la Historia Escolar, se han dejado de lado ciertas precisiones debido a la complejidad del texto, (eliminando las citas aclaratorias del editor.) como las puntuaciones.
Traducción: Carlos Van Hauvart, Diana A. Duart.
Cita:
(1) Van der Donck, Adriaen, A description of New Netherland, University of Nebraska, Lincoln and London, 2008, pag.175.
(2) Van der Donck, ob.cit., pp. 73:76.