Declaración del negro Joseph Antonio, diciembre de 1789
Declaración de un negro llamado Joseph Antonio, que ignora su apellido, y fue aprehendido en el campo el día diez del presente mes por la Partida del Fortín de Navarro.
Dice: Que es natural del Río Pardo, fue esclavo de Joaquín Ferreyra, y por el mal trato que este le daba se huyó y vino a parar en los campos de Montevideo, donde se mantuvo seis meses en la faena de cueros con otros castellanos, quien con los referidos castellanos fue preso y conducido a la ciudadela de Montevideo, en la que se mantuvo el término de dos años, hasta que embarcado en una lancha fue conducido a Buenos Aires y puesto en libertad, con la que salió hacia las Chacras de Navarro a trabajar, donde se juntó con un Mozo, cuyo nombre ignora y por apellido se llama Baldes, y salieron al campo a correr yeguas donde los encontraron unos Indios de Paz, y a uno de ellos que entendía la Castilla y se llamaba Ramón, le rogó lo llevara a sus toldos como lo efectuó, y estuvo en ellos un año en compañía de los indios pertenecientes al Cacicazgo del difunto Catrué, hasta pocos días antes de su Prisión que salió a Potrear con nueve indios y un Cristiano llamado Thadeo Silba, que hace cinco meses ha pasado a los Indios, y como de Baqueano les condujo a las Lagunas de Gómez a ver si en ellas había agua, las que distan del Fortín de Navarro veinte leguas poco más o menos de las cuales se apartó el referido Silba como [ilegible] al que declara al cuidado de los caballos, hasta que fue encontrado y preso por el Cabo de Milicias [ilegible], que con su Partida andaba corriendo el campo, y lo condujo al citado Fortín, desde el cual se le condujo a este Fuerte de Luján.
Preguntado: Qué motivos tuvo para dejar la Cristiandad, y pasarse a los Infieles.
Responde: Que estando sosegado trabajando en la Chacra de un tal Leoncho, se corrió una noticia de que el Capitán de Milicias Don Bernardo Miranda, iba por allí a coger gente, y considerándose desvalido el que declara, procuró librarse de todo riesgo en la forma en que tiene dicha.
Preguntado: Qué noticias tiene de su compañero Tadeo Silba, si sabe lo aprehendieron, o qué se hizo; como así mismo que les ha oído a los Indios sobre insultar a los Cristianos, o el concepto, que de su paz haya formado.
Responde: Que nada supo después que le aprendieron al declarante de su compañero Silba, pero infiere se volvería a incorporar con la Partida de Indios en que venía, por que a tierra de cristianos se persuade no había vuelto, respecto a que le oyó decir había herido a un hombre por las inmediaciones de Buenos Aires y temeroso de la Justicia había pasado a los Indios Infieles; y que a estos no les ha oído jamás acordarse ni proyectar incursiones contra los cristianos, [ilegible] que se hallan de buena fe sin malicia alguna, cuya razón confirma el estar los Indios en el día dispersos por todos los parajes del Campo donde hallan agua, en sus faenas de Potrear, cuerear y demás a ellos anexas.
Frontera de Luján. Catorce de diciembre de mil setecientos ochenta y nueve.
Juan Balcarce.
Mayo, Carlos (Ed.), Fuentes para el estudio de la frontera, voces y testimonios de cautivos, fugitivos y renegados. (1752-1790), Grupo Sociedad y Estado “Ángela Fernández”, F.H., Depto. De Historia, UNMdP, 2002, pp.(78:79).
Edición y corrección: Van Hauvart Duart, Maximiliano L. Estudiante de Letras. FH, UNMdP.
