Aportes de la Historia

Notas dispersas sobre Historia

El Imperio del Brasil | Ihan Quiroz | Cap 39 | Historias coloniales

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El Imperio del Brasil | Ihan Quiroz | Cap 39 | Historias coloniales

Guion por Ihan Quiroz

Hoy vamos a hablar sobre los primeros años del Imperio del Brasil. Como siempre, desde la óptica de un historiador y su obra. Para este contenido elegimos a Andréa Slemian, historiadora especializada en el Brasil del siglo diecinueve. El texto que utilizaremos es un artículo publicado en la revista Espacio, Tiempo y Forma, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

En 1822 se produjo la independencia del Brasil y proclamación de Pedro I como emperador. Así se fundaba el único estado monárquico de Sudamérica en el siglo diecinueve. Quizá esta excepcionalidad lleve a pensar que el proceso brasileño es distinto. ¿Es así? O mejor dicho, ¿es el proceso brasileño distinto al de los demás países latinoamericanos? Intentemos responderlo.

Si queremos establecer una diferencia, se da en el proceso de conformación nacional. En los territorios que dependían de la corona española se empezaron a desarrollar identidades comunes y unificables mientras que en Brasil existían grandes disputas. La unidad del territorio brasileño estaba dada por las posibilidades de gestión que tenía un imperio como Portugal, pero era un territorio tan vasto que hasta bien finalizado el proceso constitucional tuvo intentos separatistas. Así, plantear la necesidad de estabilizar una unión era algo verdaderamente importante.

Había un desafío muy claro. ¿La solución? La figura de Pedro I, en los primeros años, y de la institución monárquica en el resto del siglo XIX. Lo que podemos ver es que la manera en la que se creó el Imperio del Brasil llevó a este camino. Era una solución para Brasil y para Portugal poner a Pedro I, un Bragança, a la cabeza de esta nueva nación. No hubo una guerra propiamente dicha de independencia y la autoridad de Pedro I no sería cuestionada hasta bien entrado el debate sobre el futuro de esta nueva nación. 

El emperador convocó a una Asamblea Nacional Constituyente. Esta asamblea sin embargo no logró su cometido porque había entrado en tensión a la hora de pensar un proyecto de país. Los representantes de las provincias no se lograban poner de acuerdo. Algunos abogaban por una monarquía constitucional federal, mientras que los representantes de las provincias del sur como Río de Janeiro se oponían ferozmente a esta idea. En otras palabras, estaban interesados en la unión y en la centralidad de Río. 

Esta discusión terminaría de un modo abrupto. El doce de noviembre de 1823, Pedro I, por decreto, mandó a suspender los trabajos legislativos después de que la tensión en el ambiente se tornó incontrolable. Como “Emperador y Defensor Perpetuo del Brasil” afirmaba que tenía todo el derecho de disolver la cámara, al mismo tiempo que afirmó que haría una constitución el doble de liberal que la extinta. 

Como pueden ver en el capítulo treinta y tres de Historias Coloniales, esto llevó en instancias finales a la abdicación de Pedro I. Pero no a la disolución de la monarquía. La abdicación de Pedro se dio por las tensiones entre las élites regionales y un gobierno que había entrado en una deriva absolutista. Conformar una nación centralizada y absolutista no tenía un futuro firme, las élites brasileñas ya se habían opuesto a un régimen similar. Pero la monarquía seguía siendo una herramienta útil. Citando a Andréa Slemian:

“Hay que resaltar que la recreación de la monarquía en moldes constitucionales en el Brasil, incluso habiendo sido fruto de un proceso conflictivo y errático, nació también de algunos consensos que pudieron ser posibles desde el momento de la independencia. En la medida en que se crearon nuevas instituciones con base en un discurso en nombre de la legalidad y con una agenda de transformación del orden vigente —como fue el caso del Parlamento—, fue posible la vinculación entre el régimen y la defensa de la Constitución, conforme ocurrió en 1831 en el momento de la Abdicación de Pedro I.”

Hasta ahora parece una historia muy distinta a la del resto de Latinoamérica pero si nos ponemos a pensar, se reflejan los mismos elementos. Para Slemian, el Brasil tuvo que lidiar necesariamente con el legado de la monarquía sobre el cual se construyó un primer proyecto de independencia. Este proyecto estaba asentado en la promesa de un nuevo y eficaz ordenamiento jurídico dado por la institución monárquica. Pero esa independencia se dio con las mismas rupturas políticas que el resto del continente tuvo con España.

Según la autora, la respuesta a nuestra pregunta inicial es no. No se va a dar un proceso distinto en cómo se conformó el Estado brasileño porque la diferencia va a estar en la forma del gobierno, pero no de quienes gobernaban. Esto se ve en el peso que va a tener el poder económico, en todos los gobiernos, sólo que en el del Brasil va a encontrar refugio en una monarquía que había hecho de este país su centro. 

 

Edición

Ihan Quiroz, estudiante CNAUI (UNMdP)

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