Aportes de la Historia

Notas dispersas sobre Historia

La crisis comercial del azúcar y el tabaco en Brasil. Una lectura a través del Senado de Bahía 1687.

El contenido de esta introducción puede ser reproducido en todo  y en parte,  transmitido y recuperado por cualquier sistema de información en cualquier forma y medio mediante la cita académica correspondiente, todos los derechos reservados.

Derecho de propiedad intelectual de Aportes de la Historia RL-2021-22230837-APN-DNDA·MJ

Introducción y traducción por

Diana A. Duart (CEHis-FH-UNMdP) y Carlos Van Hauvart (Colegio Nacional A.U.Illia, Depto. Ciencias Sociales, UNMdP)

EL SENADO DE BAHIA Y LA CRISIS DEL COMERCIO DEL AZÚCAR DE 1687 CARTA DEL SENADO A SU MAJESTAD SOBRE LA NECESIDAD DE ENCONTRAR UN MEDIO PARA FOMENTAR EL AUMENTO DE LAS EXPORTACIONES DE LOS PRODUCTOS DE ESTA TIERRA, DEBIDO A LA FORMA QUE HAN DEBIDO A SU ESTIMIDAD Y ALTA IMPOSICIÓN, 12 DE AGOSTO DE 1687

 

 El historiador británico, Charles Boxer, en su obra clásica  La sociedad portuguesa en los trópicos (1) señalaba que el imperio colonial portugués fue esencialmente una talasocracia antes de interesarse en el fomento del interior del Brasil en el siglo XVIII. Los enclaves coloniales de Luanda (África), Goa (India), Macao (China) y Bahía (Brasil) son algunos de los exponentes del desafío administrativo, político y económico que representaron para la corona portuguesa. La base de este proceso fue el establecimiento  de las cámaras municipales o consejos municipales, eran los homólogos de los muy conocidos y estudiados  cabildos hispanoamericanos.

El documento que hoy presentamos y su traducción reflejan las preocupaciones de la Cámara de Bahía ante el descenso de la demanda de azúcar y tabaco producido en los territorios que administraba la Corona Portuguesa. Como bien señala este documento otras potencias europeas compiten con el azúcar y el tabaco producido en Bahía, tanto en precio como en volumen desplazando del mercado a esta ciudad.

Entre 1630 y 1654 los Países Bajos ocuparon gran parte de Brasil, especialmente la zona productora de azúcar. Recordamos que la inversión en tierra, en mano de obra esclava y de tecnología requerida para la producción de azúcar era enorme y sumamente riesgosa. Gran parte de los capitales provino de los Países Bajos, tanto para la producción como para la compra de esclavos permitiendo la ampliación de la capacidad productiva. Con la derrota de los Países Bajos y su retiro del territorio de Brasil, estos llevaron sus inversiones y el conocimiento acumulado en la producción de azúcar a sus territorios en Antillas, su flota transportó este producto por toda Europa.

Inglaterra, posteriormente,  incorporó la producción de azúcar en sus territorios en Antillas, junto a  la comercialización internacional del azúcar y el tabaco, que nos permite ejemplificar los mecanismos y las estrategias que las potencias europeas idearon en el contexto del mercantilismo. Inglaterra comienza introduciendo azúcar a su mercado interno que compraba a otras naciones, luego sus “islas de azúcar” en el Caribe le van a permitir un abastecimiento directo y más barato para sus consumidores domésticos. La “dulzura” deja de ser un artículo de lujo, escaso y caro para convertirse en una mercancía de consumo masivo. Finalmente, Inglaterra dominará la producción, su distribución y comercialización en los mercados del norte de Europa desplazando a Portugal y los Países Bajos.

En este contexto la fuente  también nos señala la presión impositiva que la Corona Portuguesa seguía ejerciendo sobre los productores, aun cuando el volumen y los precios habían llegado a sus mínimos. Se lamenta también haber mantenido el precio del producto en máximos, esto provocó la producción  en otras regiones y consecuentemente la baja del costo del azúcar. Perdido ese mercado solo quedaba abastecer a las colonias de Portugal o al mismo Reino cuya demanda era insignificante.

Es interesante también observar la crítica al monopolio comercial de Portugal sobre su colonia “las rigideces de su monopolio, de modo que si la codicia de lucro conduce a algún contrabando y evasiones, las ganancias resultantes no deben ser cosechadas por extranjeros sino por vasallos nativos”. Portugal abastecía a Brasil a precios muy altos aún cuando el azúcar apenas generaba ingresos. El contrabando estaba al acecho, alerta la fuente como hemos visto. Los comerciantes portugueses solo aceptaban como medio de pago el azúcar cuando había un contrato previo y no les quedaba otra alternativa que aceptarlo.

Este documento muestra claramente el fin del ciclo económico en torno a  la producción del azúcar y  que permitió a Portugal pensar en una ocupación efectiva de ese territorio al amparo de la necesidad de nuevas tierras para sostener ese  ciclo dotándola de la característica propia de una sociedad esclavista de plantación que los unía a la trata tal cual manifiesta la fuente. Esperamos que este documento pueda ser utilizado en parte o todo por nuestros colegas y compartirlo con sus alumnos, y poder observar la competencia por mercados a través de los mecanismos de producción, transporte  y comercio que caracterizaron los tan disputados siglos XVII y XVIII.

 

EL SENADO DE BAHIA Y LA CRISIS DEL COMERCIO DEL AZÚCAR DE 1687 CARTA DEL SENADO A SU MAJESTAD SOBRE LA NECESIDAD DE ENCONTRAR UN MEDIO PARA FOMENTAR EL AUMENTO DE LAS EXPORTACIONES DE LOS PRODUCTOS DE ESTA TIERRA, DEBIDO A LA FORMA QUE HAN DEBIDO A SU ESTIMIDAD Y ALTA IMPOSICIÓN, 12 DE AGOSTO DE 1687

A petición de los más eminentes del Pueblo de esta ciudad de Bahía e impulsados ​​por nuestro deber como cabeza de la misma, Venimos a los Reales Pies de Su Majestad para representar el dolor universal de todos nosotros ante la caída de los productos de Brasil – azúcar y tabaco. Se dice que los extranjeros ya no los necesitan, pues hay un excedente de lo que ellos mismos cultivan en las Indias, vendiendo el azúcar refinado en Italia y el tabaco en la India. Y las exportaciones de estos productos básicos de Portugal ahora se reducen a una cantidad muy pequeña, que todavía retenemos debido a la calidad superior de nuestro azúcar sobre el de ellos, y porque necesitan algunos de todo tipo para impulsar un mejor negocio. Esto parece ser cierto, porque las Aduanas ya no despachan estas mercancías, y las personas que fueron [a Portugal] en la flota del último año de 1686, escribieron y ordenaron a sus agentes en Brasil que les enviaran su capital en dinero  o en letras de cambio; porque el azúcar y el tabaco no los quieren ni los compran los extranjeros, y para Portugal son suficientes 8.000 o 10.000 cajitas de azúcar y otras tantas de tabaco al año. Nos vemos obligados a reconocer la verdad de esto, ya que en esta flota actual los comerciantes se abstuvieron más que nunca de comprar estos productos y solo aceptaron azúcar y tabaco como pago de sus bienes cuando estaban obligados a hacerlo por contratos anteriores.

Estando las cosas en estos estrechos, Señor, parece que podemos considerar el comercio de Brasil como entregado y perdido, y el Consejo de Su Majestad no debe considerarlo de ninguna otra manera. Esta es la razón más por la que conviene hacer todos los esfuerzos posibles para encontrar un remedio antes de que sea demasiado tarde, aunque los que están en Portugal nos escriben y los que vienen de allí nos dicen que este comercio ya está perdido, ya que hay no hay esperanza de obtener ganancias con ellos, ni de exportar estos productos de ese reino. Quienes discuten la causa de la misma, afirman que tanto en Brasil como en Portugal el colapso del azúcar se debió a los derechos que se le imponían además de los antiguos derechos y los siete vintens per arroba para el impuesto de convoy cuando se fundó la Companhia Geral, en un momento en que la emergencia de la guerra lo justificaba y cuando el precio de venta del azúcar oscilaba entre 30.000 y 30.500 la arroba, lo que le permitía soportar el nuevo peso. Y en lo que respecta al tabaco, el descenso se debe al rígido monopolio del mismo, y al fuerte impuesto de un vintem por libra que se le impuso, además de los demás aranceles que se le habían impuesto en el mismo período de la guerra y del convoy (transporte). Que los ingleses y los demás pueblos del Norte, resentidos por el alto precio de 30.500, resolvieron ir a cultivar estos productos en Barbados y en el continente de las Indias. Que si se hubiera comprendido en ese momento el daño que nos presagiaba el desvío de este negocio, y los precios de nuestro azúcar y tabaco se hubieran rebajado a cantidades razonables, entonces bien podría haber sucedido que esas naciones no hubieran estado tan ansiosas para cultivar esos productos por sí mismos, porque a pesar de todo su azúcar no es de tan buena calidad y prestigio como el nuestro. Pero esto no se hizo, y ahora nos damos cuenta de que hemos perdido este comercio; Por tanto, señor suplicamos, postrados ante los pies reales de Su Majestad, que ordene que se considere en su Consejo [de Ultramar] algún remedio para asegurar que este Estado no perezca completamente, ni el de Angola, ni los intereses de Portugal y de Su Majestad, tan importante para estas dos conquistas; porque si ya no hay demanda de trabajo de campo en Brasil, la trata de esclavos de Angola también perecerá. Esto es obvio. Teniendo en cuenta cómo encontrar un remedio para esta situación, no podemos sugerir otra cosa que eliminar la causa del mismo: el alto precio de 30.500 que estuvo vigente en los años 1645 a 1655. Es cierto que este precio ha disminuido  desde hace muchos años, pero esto no importaría tanto si los aranceles también se hubieran reducido.

Lo mismo se aplica al tabaco y las rigideces de su monopolio, de modo que si la codicia de lucro conduce a algún contrabando y evasiones, las ganancias resultantes no deben ser cosechadas por extranjeros sino por vasallos nativos. Estos fueron llamados por los Lord Kings,  los antepasados ​​de Su Majestad, y es justo que Su Majestad nos tenga en igual consideración, y más especialmente a los de Brasil debido a la generosidad voluntaria con la que sirven a Su Majestad, hasta cierto punto mucho más allá de sus recursos, porque son muy pocos los que no deben más de lo que valen a los comerciantes que vienen de Portugal, debido a los precios excesivamente altos que se cobran por esclavos, utensilios de cobre, hierro, brea, ireu [ ?], y telas de seda y lana, como pueden informar a Su Majestad los ministros que sirven y han servido en este Tribunal Superior, ya que muchos casos de quiebra e insolvencia han pasado por sus manos.

A esto hay que añadir, además, la aportación anual de más de 100.000 cruzados, que comprenden una tasa del 40 por ciento sobre un total de 1.280.000 cruzados, que sólo esta ciudad tiene que contribuir a la dote de la Dama Reina de Inglaterra y a la paz con Holanda. Sin mencionar otros 600 que se suman a los impuestos habituales para pagar el mantenimiento de la guarnición (que no es la causa menos importante de nuestra pobreza), de modo que si nuestros productos no tienen un mercado de exportación confiable, inevitablemente debe suceder que no podamos llevar estas cargas y que todos los vasallos de Su Majestad en todo el estado de Brasil se arruinarán.

Además, nos parece que esto será perjudicial para todos los vasallos del reino de Portugal, ya que se deduce que ellos también tendrán entonces menos mercados de exportación para sus propios productos. Todo esto es muy conocido y entendido por los fidalgos que han gobernado este Estado, y por los agentes de la ley de la Corona que han servido aquí, por lo que nos hemos atrevido a exponerlo así a Su Majestad, para que no solo como nuestro Rey y Señor, pero también como nuestro Padre, pueda rescatarnos a todos de la miseria en la que yacemos. Que Dios conserve a la Persona Real de Su Majestad como desean y necesitan sus vasallos.

Joam de Couros Carneiro escrito en el Consejo Municpal de Bahia el 12 agosto  1687. [Firmado por] Antonio Guedes de Paiva / Manuel Pereira de Goes / Domingos Dias Machado / Fran-cisco Pereira Ferraz / Domingos Pires de Carvalho. (a)

(a) Cartas do Senado da Cámara da Bahia, 1638-1692 (3 vols.; Salvador, 1950-53), Vol. III, 1684-1692, pp. 49-51.

Citas:

1.- Boxer, C.R.; Portuguese society in the tropics, the Municpal Council of Goa, MacaoBahia, and Luanda 1510-1800, University of Winsconsin Press, Minnesota, 1965, pag.240.

2.- Boxer, C.R.; ob. cit., pp186:188.

 

Edición

Ihan Quiroz, estudiante CNAUI (UNMdP)

Código QR

[dqr_code post_id=»5799″]

 

 

Maxi-2

Volver arriba