Aportes de la Historia

Notas dispersas sobre Historia

Venecia y Amsterdam por Peter Burke.

Burke, Peter, Venecia y Amsterdam, estudio sobre las élites del siglo XVII, Editorial Gedisa, España, 1996,pag.214

ISBN 84-7432-590-0

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Comentario de Contratapa:

Venecia y Amsterdam

Esta historia comparada de dos importantes centros económicos y culturales de la Europa renacentista y moderna ofrece una metodología original para «abrir los códigos» de la conducta más íntima y cotidiana de dos sociedades, de las que conocemos poco más que las fachadas. Burke se introdujo en los archivos de estas ciudades para aplicar a los registros de impuestos y empresas las más sutiles interpretaciones estadísticas. A principios del siglo xvi, Venecia y Amsterdam muestran un nivel cultural y económico casi idéntico. ¿Cómo es posible que la primera experimente un proceso de decadencia desde entonces mientras que la segunda conoce un florecimiento impresionante? Burke muestra que debajo de fáciles tópicos como «conservadurismo» y «progresismo» hay aspectos múltiples y sorprendentes que determinan las respectivas dinámicas socio-económicas. La investigación de la vida de 563 individuos —los procuratori di San Marco de Venecia y los regidores y burgomaestres de Amsterdam— permite observar diferentes estrategias en la solidaridad familiar, la fundación de empresas, en la concepción de actividades exclusivistas del ocio y en la representación formal del status, presente en la manera de vestir y en la arquitectura de las casas particulares. El conjunto de muchos factores, desde los más prácticos y concretos hasta las ideologías y sistemas de valores, configura una «historia total» en pequeña escala, donde los casos de Venecia y Amsterdam permitirán extrapolar muchos aspectos a otros conjuntos socioculturales europeos de los siglos XVI y XVII.

Una tercera inversión posible, muy difundida a fines del siglo xvi y principios del xvii era invertir en viajes, es decir, en aventuras comerciales. Por ejemplo, cuando Cornelisz Joriszoon se casó con Grietge Backer en 1588 poseía 24.000 florines de los cuales invirtió 2.000 en viajes. A comienzos del siglo XVII, con el auge de la VOC, esa forma de inversión fue reemplazada por acciones (actién). Las acciones no representaban una inversión segura en un momento y en una ciudad en que las especulaciones en la bolsa de valores eran ya un arte refinado, pero las acciones ofrecían la posibilidad de obtener enormes beneficios. Cuando el almirante Piet Hein se apoderó de la flota española que llevaba un cargamento de plata en 1628, la WIC pagó un dividendo del 50%. En cuanto a la VOC, su éxito puede medirse por el hecho de que Nicolaas van Bambeeck poseía a su muerte, ocurrida en 1722, «viejas acciones» de la VOC cuyo valor declarado era de 21.000 florines; pero su verdadero valor se estimaba en 146.000 florines. Pero en las acciones también estaba la posibilidad de incurrir en grandes pérdidas. Para disminuir sus riesgos, los tenedores de acciones distribuían sus papeles entre diferentes compañías y diferentes cámaras de la misma compañía. Alexander Velters, por ejemplo, tenía acciones de la VOC (cámara de Amsterdam) y de la WIC (cámara de Amsterdam), pero también de las cámaras de Delft y de Enkhuizen de la VOC. Jeronimus de Haze tenía dinero invertido en la Compañía Inglesa de los Mares del Sur y también en compañías holandesas.

 Una cuarta forma de inversión estaba representada por los bonos (obligatién), es decir por préstamos generalmente hechos a la ciudad de Amsterdam o a la provincia de Holanda. En 1622 se decía que esos bonos rendían un 5 o un 6% anual, o sea, casi el doble de la renta dada por las casas o las tierras; pero en 1679 Amsterdam estaba pagando sólo el 4% de interés.» La VOC también tomaba en préstamo dinero mediante bonos. Otro procedimiento de inversión en la deuda pública era la adquisición de rentebrieven o anualidades que podían comprarse y venderse como acciones. Una clase de anualidad —losrente brief— era específicamente redimible. Otra clase era la anualidad vitalicia que expiraba a la muerte del perceptor.» Evidentemente es importante saber en qué proporciones -estaba distribuida la riqueza de Amsterdam entre estas cuatro formas de inversión. Desgraciadamente sólo en un pequeño número de casos es posible dar una respuesta concreta a esta cuestión y la mayor parte de esos casos (quince, para ser exactos) corresponde a principios del siglo XVIII. De esos casos se desprende que un esquema típico de inversión que tenían los miembros de la elite alrededor de 1700 sería tener invertida más o menos la mitad de su fortuna en bonos, un 32% en acciones, un 12% en casas y en 6% en tierras. Testimonios más dispersos de principios del siglo xvii sugieren que alrededor del año 1600 la tierra era una forma mucho más importante de inversión y que equivalía a un 30% de las fortunas. Los bonos eran mucho menos importantes. También estaba la participación en determinados viajes de buques. (Sobre los testimonios en que se basa este párrafo véase el apéndice.) (1)

Indice

RECONOCIMIENTOS  11

INTRODUCCIÓN A LA SEGUNDA EDICIÓN EN INGLÉS 13

ABREVIATURAS 29

El estudio de las elites 31

La estructura 42

Las funciones políticas 66

La base económica 88

El estilo de vida 110

La educación 125

Actitudes y valores 136

El patrocinio de las artes 155

De empresarios a rentistas 171

APÉNDICE: LAS INVERSIONES DE LA ELITE DE AMSTERDAM 189

BIBLIOGRAFÍA 191

INDICE TEMÁTICO 207

Cita:

Burke, Peter, Venecia y Amsterdam, ob.cit., pp. 102:103.

 

Edición: Maximiliano Van Hauvart, estudiante UNMdP.

Carlos-2

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