Aportes de la Historia

Notas dispersas sobre Historia

El fin del Imperio Romano y el cambio climático | Cap.7 |María Candela Paz | Historia Antigua

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El fin del Imperio Romano y el cambio climático | Cap.7 |María Candela Paz | Historia Antigua

 

Mi nombre es María Candela Paz y les doy la bienvenida al quinto capítulo experimental de Historias del Mundo Antiguo, producido por la Cátedra de Historia Universal General Antigua junto con Aportes de la Historia y que se publica en su canal de You Tube.

Historias del Mundo Antiguo, están pensadas principalmente para los alumnos de los colegios secundarios de la República Argentina, sin embargo, esperamos que esta propuesta sea útil para todos los que la consultan. Entonces vamos a trabajar.

 

 

Hoy abordaremos de forma general La Crisis del Imperio Romano. En esta oportunidad, vamos a empezar con una de las preguntas más estudiadas por los investigadores durante los últimos años: ¿Cómo se desintegró un Imperio tan grande como el romano? Y, en este video vamos a preguntarnos ¿Pudo el Imperio Romano caer como consecuencia del cambio climático y el efecto de las enfermedades?

El investigador Harper Kyle, de la Universidad de Oklahoma (Estados Unidos), en su libro titulado “El fatal destino de Roma. Cambio climático y enfermedad en el fin de un Imperio” publicado en 2019 nos dice que sí es posible explicar la caída del Imperio Romano a causa de pandemias y cambios en el clima, una afirmación que defiende a partir de los relatos de hombres que vivieron en esa época, como Cipriano o Galeno, y utilizando las últimas evidencias de las ciencias biológicas.

Para este autor, el proceso de desintegración del Imperio en su parte Occidental y Oriental se dio entre el 161 d.C. y el 632 d.C, es decir durante cinco siglos o, lo que es lo mismo, 471 años.  Un período realmente muy extenso en el tiempo. De esta manera, su explicación nos dice que los cambios climáticos y las enfermedades tienen un impacto directo en la economía y la producción de alimentos; en la demografía y, por lo tanto, en la cantidad de personas disponibles para servir en el ejército como defensa; en la capacidad de los emperadores de dominar políticamente el territorio; y en las creencias religiosas de la población romana. Analicemos cada eje para entender un poco mejor su teoría.

Partimos entonces del primer elemento, es decir, del cambio climático. Harper Kyle nos dice que tenemos que prestar atención a una transformación del clima hacia el 150 d.C, cuando las condiciones que habían permitido el desarrollo óptimo de la agricultura y la productividad de la tierra cambian, y se inaugura un período de sequía en la franja sur del Imperio. Esto es porque la ausencia de lluvias afectaría directamente la posibilidad de producir alimentos de forma constante y acorde a las necesidades de las millones de personas que habitaban en el Imperio. Esta etapa el autor la llamó el fin del “Óptimo Climático Romano”.

Paralelo a lo anterior, la comunicación y el intercambio comercial entre Asia y Oriente, y también la incorporación de nuevas regiones como China, India y la zona del Mar Rojo, dieron el contexto adecuado para el desarrollo de nuevas enfermedades infecciosas. Las más importantes fueron los brotes de la plaga de Cipriano (249-262 d.C.), la peste antonina (166 d.C.) y  la enfermedad de la viruela, que ocasionaron bruscos descensos de la población y dificultades militares, porque no había hombres disponibles para el ejército encargado de defender el Imperio de otros pueblos.

Si analizamos los últimos elementos, la política y la sociedad, también veremos las consecuencias. Sobre el Estado, ante los problemas económicos y sociales, nuevos miembros de las provincias imperiales les disputaron el poder a los gobiernos y  accedieron a lugares de decisión emperadores que habían tenido un pasado militar. Asimismo, las poblaciones ante estos cambios en sus modos de vida, buscaron nuevas explicaciones, y encontraron en el cristianismo un refugio espiritual abandonando su antigua religión.

Hasta acá, Harper Kyle nos muestra un Imperio sumamente debilitado. Por lo tanto, el autor nos señala que al momento de la invasión de los pueblos HUNOS entre el 405 d.C. y el 410 d.C., el imperio se encontraba sin posibilidades de evitar la pérdida de provincias como Britania, Galia, Hispania y África, importantes para su economía.

Es así que pandemias, sequías, cambios políticos y situación de vulnerabilidad ante el avance de los pueblos hunos, fueron los factores que permitieron la caída del Imperio de Occidente en los siglos IV y V d.C.

Esperamos que les haya interesado esta nueva propuesta que nos invita a estudiar desde otro punto de vista la caída de uno de los imperios más grandes de la historia.

Bibliografía: Kyle HARPER, El fatal destino de Roma. Cambio climático y enfermedad en el fin de un imperio, Barcelona. Crítica, 2019, primera edición, 512 pp., ISBN 9788491990635

 

Edición: Max Van Hauvart

Ilustración: Florencia  Benítez

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